La curiosa historia de este extrañísimo híbrido de seis ruedas

La curiosa historia de este extrañísimo híbrido de seis ruedas

Lo construyó una empresa que quería venderle motores a las automotrices. La razón por la que tenía doble eje trasero y más curiosidades.

Seguramente jamás escuchaste hablar de la empresa Briggs & Stratton y probablemente tampoco de su único vehículo, un prototipo denominado Hybrid, desarrollado en tiempos en que esa palabra se asociaba poco y nada al mundo de los autos.

Se presentó en el Salón del Automóvil de San Francisco de 1979, cuando la crisis del petróleo todavía golpeaba a la industria automotriz.

Briggs & Stratton fabricaba algunas autopartes, pero su principal área de negocios era la producción de pequeños motores, los cuales eran muy utilizados como propulsores de cortadoras de pasto.

Con la crisis, esta empresa pensó en vender sus motores a una industria ávida de bajos consumos, pero como la potencia no sobraba, recurrió a la hibridización para mejorar las prestaciones.

La mecánica unía un motor naftero bicilíndrico bóxer de 694 cm3 y tan solo 18 CV con un paquete de 12 baterías de 6 voltios que se colocaban en la zona posterior, entregaba 8 CV extras y se recargaba con un enchufe tradicional a 110 voltios.

Como el peso era tan elevado (nada menos que 450 kilos), el prototipo tuvo que sumar un tercer eje al mejor estilo de algunos camiones. No tenía tracción ni frenos.

El diseño tomó partes del VW Scirocco (el parabrisas y las puertas), algunos elementos mecánicos del Ford Pinto (tren delantero y caja) y el chasis de un furgón americano, pero el resto del diseño fue obra de Briggs & Stratton.

Este 2+2 de 4,42 metros de largo era y sigue siendo funcional. Permitía alcanzar los 110 km/h y aunque tardaba 22 segundos en llegar a 65 km/h, la clave estaba en su bajísimo consumo y en su autonomía eléctrica, de hasta 64 km (a una máxima de 65 km/h).

Sin una computadora central, la elección de qué motor empujaba (si el naftero, el eléctrico o ambos a la vez) era totalmente manual. El consumo era de 3,3 l/100 km en modo híbrido, de 5,6 a combustión y de 4,7 en promedio, cifras muy bajas para la época.

Pese a estos números, el Hybrid no llamó la atención de la industria automotriz tradicional, quizás porque la idea del motor híbrido estaba muy adelantada a su época.

Recién en 1997 y con un paquete de baterías mucho más liviano, Toyota lanzó el Prius, el que fuera el primer híbrido de producción masiva.

Sin embargo, casi dos décadas antes, una empresa que poco y nada tenía que ver con el automóvil, sentó las bases de lo que hoy es moneda corriente.

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