Hace 50 años, Renault tenía la intención de producir el 5 en Argentina, algo que finalmente no se concretó por una nueva crisis económica.
En junio de 1975, la Revista Corsa publicaba un artículo (desempolvado del archivo por el impecable blog de Test del Ayer, ver más) de esos que “paraban rotativas” en esa época: Renault estaba probando, con intenciones de producirlo en Córdoba, al R5.
Eran tiempos de cambio para la filial local, ya que la francesa se estaba quedando con la totalidad del paquete accionario de IKA-Renault y una de sus primeras medidas, aparentemente, era la de nacionalizar el modelo.
Para ello, tres unidades del modelo lanzado en Europa tres años antes (incluso con un logo polémico, ver más) llegaron a nuestras latitudes. Una de ellas incluso adoptó una mecánica con árbol de levas a la cabeza, una configuración inexistente en los R5 franceses.
El frustrado R5 nacional hubiera sido un soplo de aire fresco para el segmento de los autos compactos, que para esa época contaba con los Citroën 3CV, Fiat 600 y los Renault 4 y 6, todos modelos lanzados en la década anterior.
¿Por qué el R5 no llegó a hacerse en Santa Isabel? No hay una razón concreta, pero, curiosidades del destino, el 4 de ese mismo junio en que salió publicada la noticia de Corsa, estallaba en Argentina el famoso Rodrigazo, uno de los ajustes económicos más recordados de la historia argentina.
Renault, que para ese entonces producía los 4, 6, 12, Torino y varios modelos de Jeep, importó al R5 recién en 1981 (gracias a la apertura de entonces) en dos versiones (0.8 y 1.3 litros), con precios similares a los del R6 y R12 nacionales, respectivamente.

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