Primer contacto: Chevrolet S10 High Country (2025)

Manejamos la renovada S10 en la arena de Pinamar y de regreso de las acciones de la costa. Pequeños cambios, pero que se notan.

Por Martín Simacourbe
Fotos: Prensa GM

Varias renovaciones sacudieron al mundo de las pick ups en los últimos tiempos, pero con un patrón común: partir de la base actual, con mayor o menor protagonismo de las novedades.

En un extremo podríamos poner a la nueva Ranger (ver prueba), que cambió todos los paneles de la carrocería y el interior (incluso buena parte del chasis), pero sin tocar la estructura de la cabina.

En el otro, la renovación de Amarok (ver contacto), que apenas modificó la trompa y casi nada del resto, incluido el interior y el listado de equipamiento, sin elementos que hoy son moneda corriente en la competencia.

En el medio se sitúa esta renovada S10, que si bien adoptó un simple rediseño, renovó su imagen frontal y algo de la cola, pero también pegó un salto de modernidad en un interior que pedía a gritos una actualización.

Si vamos a lo estético, los cambios en la zona delantera la modernizaron para bien, porque además se sumaron nuevas luces full led, un capot voluminoso y, en esta versión full, muchos cromados.

Atrás aparece la palabra Chevrolet calada en la chapa (la caja ofrece lona, pero no protección plástica) y ahí se acabaron los cambios, ya que las puertas son las mismas de hace más de una década.

El gran salto se da en el interior, donde la S10 venía muy postergada. Cambió casi todo: volante, tablero, multimedia, terminaciones, butacas, selectora, salidas de aire y hasta la ubicación de algunos comandos. Incluso la insonorización mejoró muchísimo, tanto por las vibraciones de motor como por los paneles acústicos.

Hay cosas que agradecemos, como el volante (dejó de ser esa enorme rueda) que sumó regulación en profundidad (mejora la posición de manejo, aunque sigue siendo muy alta), la calidad percibida y también la multimedia, con una pantalla táctil intuitiva y veloz.

Otras, no tanto, como el tablero que tiene apenas una vista (pese a ser digital) con mucho espacio desaprovechado y una computadora (de escasa información) que ahora hay que manejar desde la pantalla.

El comando de la 4×4 se mudó de la consola entre asientos a la izquierda de la columna y la selectora también se modernizó, aunque sigue sin ofrecer levas al volante.

En términos de habitabilidad no hay cambios: la S10 sigue siendo espaciosa y los cojines traseros se pueden colgar por tercios para llevar objetos dentro de la cabina.

El equipamiento trae solo algunas mejoras, como arranque por botón o cargdaor inalámbrico, pero sin sumar más elementos de seguridad, como el control crucero adaptativo o el mantenimiento de carril (tiene alerta), que ya ofrecen varias rivales. Mantiene el frenado autónomo y el detector de punto ciego y tráfico cruzado.

En lo mecánico también hubo actualizaciones: el motor, el clásico Duramax de 2.8 litros, ofrece ahora 207 CV y 510 Nm. Son apenas 7 CV y 10 Nm que antes, pero las mejoras más apreciadas se ven en la caja (ahora de ocho marchas) y la dirección, que pasa a ser eléctrica.

Son dos elementos que se valoran mucho en el día a día, porque el confort propio de la S10 se magnifica con una dirección mucho más agradable y precisa (incluso en maniobras a buena velocidad) y un paso de marchas suavizado.

El Duramax, de lo mejorcito si no saltamos a los V6 de Ford y VW, fue siempre muy bruto en la entrega de su poder y eso no se ha perdido, pero con la nueva caja se lo nota más dócil y llevadero.

Con esos cambios, GM anuncia una mejora de un segundo en aceleraciones y 1.5 segundos en recuperaciones y también en los consumos, de un litro en ruta y un litro y medio en ciudad, algo que comprobaremos cuando hagamos la prueba correspondiente.

La dirección eléctrica mejoró mucho la comunicación de lo que hacen las ruedas a tus manos, pero la S10, si bien se nota más estable ahora (modificó trochas y endureció suspensiones), mantiene ese andar suave y navegador de siempre, lejos de la ejemplar estabilidad que ofrece la Amarok y que muy bien imitó la última Ranger.

En cuestiones comerciales, la gama, por ahora, es reducida, pero irá agregando opciones en el resto del año. Hoy está la base (4×2 o 4×4, siempre manual), la LTZ y esta High Country, ambas automáticas. Luego llegará la una automática de entrada y seguramente también la Z71 en el intermedio de la oferta.

Sin embargo, el verdadero desafío de Chevrolet es volver a lograr que la S10 sea protagonista. Como la única de las grandes que no se fabrica en Argentina, en estos últimos años vio notablemente golpeada su disponibilidad.

Ahora, con otras reglas, la S10 tiene que reconquistar a un cliente que, casi por obligación, se tuvo que ir a la competencia. ¿Bastarán estas mejoras sabiendo además que Fiat también se sumará a la lucha?

A favor
Mejora interior
Dirección eléctrica 
Nueva caja de ocho marchas

En contra
Faltantes de equipamiento
Tablero mejorable
Gama reducida

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1 Comment

  • Nacho
    20 enero, 2025, 10:35 am

    La verdad que les quedó buenisima este reestyling!
    Me encanta como se ve tanto en el exterior (Muy jerarquizada) como en el interior (Mejoro un monton, sobretodo alt acto)

    Ojala tengan buen stock y se venda

    Un saludo, buena semana!

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