Por Martín Simacourbe

La historia de la Peugeot Landtrek tuvo un sinfín de pasos hasta llegar a la situación actual. El proyecto fue un desarrollo conjunto de Changan y Peugeot que debutó a mediados de 2019 con la pick up Kaicene de la marca china.

A comienzos de 2020, muy poco antes de desatarse el Covid, Peugeot mostró su propia versión (casi sin cambios), la cual sería exportada desde China a muchos mercados de Latinoamérica, entre los que no estaba el nuestro.

Para Argentina estaría disponible una versión producida en la región (entonces no se decía en qué país). Para noviembre de ese año, Peugeot confirmaba que el modelo llegaría a nuestro mercado en 2022.

Pero a comienzos de 2021, PSA se fusionó con FCA para crear Stellantis. Los primeros pasos de la empresa conjunta no cambiaron los planes, al punto que a comienzos de 2022, Peugeot la mostró en Cariló como anticipo de su futura comercialización.

Con las restricciones a los importados, la fecha de llegada se dilató y al año siguiente, otra vez en Cariló, aunque esta vez sin mostrarla, la marca declaró que estaba “esperando el mejor momento para lanzarla“.

En octubre de 2023, Changan ya había presentado un rediseño de su modelo y en diciembre, Stellantis lanzó la Titano en Brasil, el clon con marca Fiat que, junto con la Landtrek, ya se producía en Uruguay.

En mayo del año pasado, apareció la variante con marca Ram para unos pocos mercados de Latinoamérica y hace solo un mes, la versión de china de la Peugeot presentó un leve rediseño y el nuevo motor turbodiesel 2.2 de 200 CV.

Semejante historial nos lleva a lo que pudimos averiguar en este verano: la Peugeot Landtrek se hará en Córdoba junto a la Fiat Titano, pero no se venderá en Argentina.

Pese a que el modelo de Peugeot coqueteó varias veces con nuestro mercado y parecía tener asegurado su desembarco (más teniendo producción local), el grupo decidió que no convivan en ningún mercado y así, en Brasil y Argentina se venderá el modelo de Fiat y otros, como Uruguay y Chile, el de Peugeot.

Una decisión que se basa en la fuerza de cada marca en el segmento: Peugeot nunca vendió en el país una pick up de este tipo y Fiat, pese a que tampoco lo hizo, tiene una amplia clientela producto de las ventas de Strada y Toro.

Además, el producto saldrá con un precio muy competitivo, más cercano al cliente de Fiat (incluso con una fuerte presencia de planes de ahorro) que al de Peugeot, que estará presentando este año una gama muy moderna, importada de Europa (ver más).

Esto repetirá algo que se dio muy pocas veces en nuestra industria: que un modelo de producción nacional no se comercialice por acá. Recordamos la Chevrolet Trafic que hacía Ciadea en Santa Isabel para el mercado brasileño, aunque seguro hay más ejemplos.

Una historia diferente se escribirá con la versión de Ram, que llegará más tarde. Como las Toro y Rampage, no habrá problemas de convivencia entre las medianas, ya que, nuevamente, la versión de la marca americana ganará suficientes cambios como para que pocos asocien que parten de una plataforma común, aunque esa es otra historia.