Opinión: Cronos, Tito y el cambio de época de Massa a Milei

Opinión: Cronos, Tito y el cambio de época de Massa a Milei

Pese a sus diferencias, Cronos y Tito son dos buenos ejemplos de cómo cambió el mercado desde la asunción de Milei. Opina Martín Simacourbe.

Por Martín Simacourbe

Muchas cosas han cambiado en un año en Argentina, pero acá me voy a referir únicamente a las que conciernen al mercado automotor argentino.

En septiembre del año pasado, con un mercado virtualmente cerrado a las importaciones (incluso a las del Mercosur) a causa de la falta de dólares, el 77% de los automóviles patentados fue de origen nacional.

Ese porcentaje bajó a 51% en el reciente septiembre. Y promete seguir descendiendo gracias a las novedades importadas que muchas marcas están presentando en el país.

Hay un dato que describe este momento mejor que ningún otro: el Fiat Cronos dejó de ser el automóvil más vendido de argentina después de 47 meses ininterrumpidos.

Estamos hablando del acumulado anual, ya que varias veces perdió el liderazgo mensual. Pero desde que tomó la punta en octubre de 2020 (desbancando al Chevrolet Onix gracias a una inteligente movida de la entonces FCA, ver más), permaneció casi 4 años como el líder indiscutido del mercado.

Es cierto también que ese lugar de privilegio lo perdió con otro nacional (el Peugeot 208), y que sus perseguidores también son argentinos (Hilux y Ranger), pero el fenómeno del Cronos, con ventas muy por encima de lo que representó durante años el segmento de los sedanes compactos, expresó como nadie la realidad de un mercado que me animé a criticar en 2021 (ver más).

El violento cambio de época que propuso Milei (como tantas otras veces sucedió en nuestro país) no hará que un importado vuelva a ser líder en lo inmediato. Pero el crecimiento de un año a otro de Montana (316%), Fiorino (220%), T-Cross (196%), Polo (113%), Toro (110%), Nivus (106%), Strada (78%), Compass (69%), Pulse (67%) y Territory (44%) son una muestra cabal de cómo cambio el panorama.

A los argentinos les va peor en todos los casos. Y a algunos, mucho peor. Sandero (-52%), Frontier (-47%), Berlingo (-46%), Cronos (-42%), Amarok (-40%), Alaskan (-39%), Partner (-35%), Stepway (-34%), Logan (-29%) y Sprinter (-25%) son los 10 que más sufrieron en lo que va del año el hecho de tener que volver competir con las mismas armas (sin meternos en el tema del arancel) que los que vienen de afuera.

Pero hay otro ejemplo que ya ni siquiera figura en la lista de los 50 más patentados de Acara. Se trata del Coradir Tito, el eléctrico chino que se ensambla en San Luis con baterías argentinas y un porcentaje de integración que nunca fue difundido.

El Tito aprovechó las restricciones y una buena relación con el gobierno anterior (se lanzó a mediados de 2021) para crecer y crecer sin competencia. A esta altura de 2023 había patentado 188 unidades (llegó a 231 a fin del año pasado), mientras que este año apenas vendió 80 (31 en los últimos 6 meses).

Se vendió muy bien pese a tener precios demasiado elevados para su condición (es un cuadriciclo sin airbags o ABS). Hoy cuesta entre 17 y 25 millones de pesos, cuando un Kwid chino (que paga el 35% de arancel, mientras el Tito es considerado nacional) está poco más de 30 millones (con ESP, más calidad y equipamiento por donde se lo mire).

En los últimos días, la marca puntana buscó revertir este pálido momento convocando a puntos muy extremos de la política argentina: en cuestión de días, visitaron la planta de San Luis el embajador norteamericano Marc Stanley y los dirigentes K Juan Grabois y Natalia Zaracho.

La realidad es que tanto para el Cronos como para el Tito se acabó eso de “cazar en el zoológico”. Los autos argentinos están lejos de quedar sepultados por la competencia, pero ahora tendrán que competir por lo que realmente valen y no por simplemente estar disponibles.

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