La marca canadiense, que hoy se especializa en cuatris, no produce motos desde hace casi 40 años. Ahora venderá dos motos eléctricas para on y off road.
En 1972, Bombardier, una empresa canadiense, creó Can-Am, una división para producir y vender motos que tuvo bastante éxito en los segmentos de motocross y enduro.
Los vaivenes de la compañía llevaron a la venta de esa división en 1983 a una empresa inglesa, que luego vendió los derechos para fabricar motos en 1987 a Harley-Davidson.
Una década después, Bombardier se metió en el negocio de los ATV y ya en 2006 reflotó la marca Can-Am con una línea que hoy está compuesta de varios modelos de cuatris y de triciclos.
Ahora, casi cuatro décadas después de haber dejado de producir motos, Can-Am inició la comercialización de las motos eléctricas que había anticipado a través de prototipos, y en los que también colabora Harley-Davidson.
Las Pulse y Origin se distinguen por su planteamiento: para la ruta la primera y para el off road la segunda, pero ambas comparten muchas piezas.
Una es el motor eléctrico Rotax, que entrega 47 CV y 72 Nm. La batería es de 9 kWh y se monta en el espacio habitual del tanque de combustible, y permite una autonomía cercana a los 160 km.
El diseño es donde se despegan. La Origin tiene un asiento más alto y mayor recorrido de suspensiones, con ruedas de 21 y 18 pulgadas, mientras que la Pulse utiliza dos de 17″.
Las entregas de Can-Am en Norteamérica empezarán antes de fin de año. Veremos si el importador argentino las tiene en cuenta para su desembarco local.
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