Que la industria china es una auténtica amenaza para el resto de las terminales, tanto occidentales como japonesas o coreanas, no es ninguna novedad. Ahora, BYD, una de las más activas en los últimos años, podría quedarse con la provisión de los clásicos buses que circulan por Londres.

La capital del “imperio británico” no es ajena al avance chino en materia de transporte público, ya que Geely es la dueña de la constructora que produce los también clásicos taxis de esa ciudad desde hace una década.

Sin embargo, actualmente los buses rojos de dos pisos son producidos por una empresa estatal británica en Irlanda. El Routemaster existe desde 1958 y solo fue actualizado en 2012, cuando se introdujeron unidades con un nuevo diseño y una motorización híbrida diesel.

Ahora, con la necesidad de electrificar la flota para 2030, Londres está cerca de aprobar un nuevo modelo y muchos señalan que BYD parte en punta para entregar las primeras 100 unidades, gracias a la tecnología y el menor costo, casi 100.000 libras menor que las propuestas locales.

El BD11 es un eléctrico capaz de circular 640 km con una sola carga, más que suficiente para los trayectos diarios que no superan los 300 km en la ciudad inglesa.

El nuevo bus se producirá en China, cuenta con capacidad para 90 pasajeros y mide 10,9 metros de largo, 2,5 de ancho y 4,3 de alto. Se podrá cargar en estaciones tradicionales (se le puede conectar más de un cargador para disminuir los tiempos) o en los pantógrafos aéreos instalados para tal fin, lo que permite contar con baterías más pequeñas y, por ende, con un menor peso total.