Los taxis autónomos no son algo extraño en la ciudad china de Wuhan, célebre por ser la primera en la que se detectó el Coronavirus. Las primeras pruebas se iniciaron hace ya 11 años y el mapeo cuenta con más 100 millones de km recorridos.

Ahora, Baidu, lo que podría denominarse el Google chino, acaba de presentar la sexta generación de este desarrollo sobre el Apollo RT6, el nuevo robotaxi que comenzará a rodar pronto en esta ciudad, con un área de uso de 3.000 km2 en la que viven casi 8 millones de personas.

El Apollo ofrecerá conducción autónoma de nivel 4, es decir, que puede hacer todas las tareas en forma independiente, pero aun así mantiene un volante y controles por si algo falla.

Además de toda la experiencia que el programa viene recogiendo (los robotaxis tienen una tasa de accidentes que es 1/14 de los que han tenido vehículos conducidos por humanos), esta nueva generación basa sus desplazamientos en la inteligencia artificial, lo que ha llevado a Baidu a pronosticar que la conducción autónoma es capaz de emular a un conductor con 20 años de experiencia al volante.

Para ello, el Apollo RT6 utiliza 5 unidades Lidiar y 40 sensores, con un radio de detección de hasta 440 metros. Su “cerebro” es capaz de calcular hasta 1.200 terabytes de información por segundo.

El nivel de independencia de la intervención humana es tan avanzado que los robotaxis podrán activarse, desplazarse, limpiarse e incluso cambiar la batería de forma autónoma.

El cambio de batería es, justamente, uno de los atractivos para que los robotaxis pierdan el mínimo tiempo en estar nuevamente disponibles para trasladar pasajeros. El motor es eléctrico y brinda 148 CV.

Con 4,77 metros de largo, 1,89 de ancho, 1,72 de alto y 2,83 entre ejes, el Apollo ofrece cuatro asientos individuales configurables para distintas necesidades. Los traseros ofrecen calefacción y masajes.

Y lo mejor es que el precio de venta es menos de la mitad de lo que costaba la anterior generación, comparable a cualquier SUV de su tamaño.