El año pasado, el Peugeot 205 cumplió cuatro décadas de vida (ver más). La GTi fue una versión dentro del catálogo, pero no fue una más. Fue la precursora de muchos otros que con esa sigla mostraron el carácter deportivo de la marca, que también se hizo extensivo a las competencias deportivas, como el Dakar o el Mundial de Rally.

Gérard Welter fue su mentor y su lanzamiento se produjo en marzo de 1984, con un motor 1.6 de 105 CV y solo en versión de tres puertas. Apareció casi en paralelo con las 200 unidades del Turbo 16 (1.8 de 200 CV) que homologaban la versión del Rally.

Al poco tiempo llegó una versión especial desarrollada por PTS (Peugeot Talbot Sport) que elevaba la potencia a 125 CV. Se vendía como un kit aparte y esas unidades son auténticas joyas para los fanáticos del modelo.

A fines de 1986, el GTi 1.6 pasó a ofrecer 115 CV de serie, mientras debutaba el 1.9 de 130 CV, que además agregaba frenos a disco traseros, llantas de 15″ y tapizados de cuero. A mediados de 1992, el 1.9 bajó su potencia a 122 CV por la llegada del catalizador.

La gama GTi tuvo varias versiones especiales, denominadas Gran Prix, Sport, Top Line, Magic, Australia, Gentry (que muchos no consideran un auténtico GTi) y Griffe.

El 206 no tuvo un GTi, versión que fue reemplazada por las S16 y RC. Esta última también estuvo disponible en el 207, hasta que el primer 208 revivió la mítica sigla en 2012 (ver prueba).