El despertar del auto eléctrico, más sencillo de producir que uno de combustión, alentó a muchas marcas que no estaban presentes en el rubro a dedicar una rama de sus negocios al desarrollo y fabricación de un modelo.

Lo mismo sucedió con Apple, una de las marcas más valiosas del mundo gracias a la venta de celulares, computadoras y servicios como su tienda de música.

Claro que Apple quiso entrar a lo grande en un negocio nuevo, sin asociaciones con automotrices existentes y partiendo desde cero con un proyecto que nació en 2014.

Con varios retrasos y miles de millones de dólares invertidos, la última información es que el proyecto está definitivamente cancelado y que buena parte de los 2.000 trabajadores involucrados pasarán a otras áreas, como la de inteligencia artificial.

El diseño, que debía ser diferente a todo lo que conocemos en el mundo automotor, fue uno de los grandes obstáculos para el desarrollo del iCar. De hecho, con una década de intentos, jamás se ha filtrado algo siquiera parecido a lo que iba a ser el diseño final.

El otro fue el grado de automatización en la conducción del modelo. Apple pretendió lanzar un modelo que no necesitara un humano tras el volante, pero con el retraso de esta tecnología, el proyecto cada vez se pareció más a un automóvil convencional de la competencia, lo que desalentó su aparición en el mercado.