Tras problemas con su marca de camiones Hino y con la seguridad de su división Daihatsu, Toyota detectó irregularidades en la homologación de motores diesel producidos en Japón.

Como ha ocurrido en todos los casos anteriores, el alerta lo generó la propia empresa a través de investigaciones internas, lo que ha mitigado las consecuencias negativas de estas prácticas.

En el último ejemplo, detectado el 29 de enero de este año, Toyota confirmó que el software utilizado para la homologación de tres motores diesel de la compañía era distinto al que luego se colocaba en las unidades destinadas a la venta.

Esos motores afectan a 10 modelos, entre ellos la Hilux, la familia Land Cruiser y el Hiace, que se venden en Argentina. Sin embargo, en el detalle de las unidades afectadas se consigna que los motores 1GD, 2GD y F33A se montaron en unidades destinadas a Japón, Europa, Medio Oriente, Africa y Asia, descartando a nuestra región.

La filial argentina de Toyota seguro que “este problema no afecta a ningún vehículo producido y/o comercializado en Argentina (…) no tiene ningún impacto en la potencia, el torque u otros valores reales relacionados con el tren motriz del vehículo. Además, estas irregularidades no comprometen las emisiones o la seguridad de los vehículos“.