Por Martín Simacourbe

Aunque ya se auguraban tiempos difíciles tras el descalabro económico que dejó la gestión de Sergio Massa, 2024 arrancó con muy malas noticias para la industria automotriz argentina en términos de ventas y producción.

Tras la devaluación de diciembre y el empuje inflacionario que iba a golpear en los precios de los automóviles en enero, ya se esperaba una baja en las ventas, pero la demora del gobierno de Milei en la promulgación del decreto que actualizó el impuesto interno (ver más) trastocó todos los planes.

A la espera de un beneficio que finalmente se tradujo a los precios (la base impositiva prácticamente se duplicó, algo que permitió que varios de los modelos más vendidos del mercado dejen de pagarlo), enero transcurrió casi sin precios, salvo para los furgones y pick ups, que están exentos del gravamen.

Así, las ventas vienen cayendo entre un 30 y un 40% y solo un repunte en la próxima semana (con precios que deberían comenzar a aparecer) podría salvar al primer mes del año (históricamente el más vendedor del año) de números que no se ven desde 2004.

Lo del potencial en cuanto a la aparición de los valores en los 0km tiene que ver con la finalización del mes. Hay terminales que no quieren aumentar ahora para tener que hacerlo nuevamente en los primeros días de febrero. Muchas igualmente lo harán, otras publicarán ahora el aumento bimestral y otras esperarán unos días para acomodarse.

La duda es cómo reaccionará el mercado una vez que aparezcan las nuevas listas. Con el fin de las SIRAs, se espera una mayor oferta de importados y a eso se suma la recesión producto del contexto económico. Así, los sobreprecios deberían ser cosa del pasado y el comprador podrá buscar en más de un concesionario la oferta que más lo seduzca.

Ese contexto también deja abierta la duda sobre qué pasará con el valor de los 0km. Pagar casi 13 mil dólares el auto más económico del mercado es un valor históricamente alto, pero la presión inflacionaria no afloja y, es más, se aceleró con respecto a 2023.

Con un panorama flojo de ventas y precios elevados, es probable que varias terminales terminen ajustando sus números muy por debajo de la inflación, aunque es, por ahora, una simple especulación. Lo que sí es seguro es que, como ya viene ocurriendo, aparezcan las bonificaciones en los concesionarios.

Por otra parte, pero atado a lo de las ventas, está el tema de la producción. Muchas terminales aprovecharon la falta de insumos que se dio con el traspaso de autoridades a comienzos de diciembre para adelantar vacaciones y otras lo dejaron para, como suele ser, el primer mes del año.

Por eso, la producción de enero suele ser baja y este 2024 no iba a ser la excepción. Lo que se agregó ahora es el problema de la deuda con los proveedores (solo algunas se subieron al bono del gobierno) que paralizó algunas plantas, al punto que varias no comenzaron en la semana prevista.

Sin embargo, en los pasillos, los rumores son que ante la mencionada baja en las ventas (35% por ciento menos en enero son muchas unidades) varias terminales decidieron no volver a encender las máquinas para no juntar stock, achacando ante los micrófonos el parate a la mencionada deuda y presionar al gobierno para obtener un mejor arreglo de cara a solucionar con sus casas matrices el descalabro que dejó Massa, pateando los pagos en dólares.

Hasta que se acomode la economía (si es que así sucede) tendremos un 2024 muy complicado en cuanto a números, aunque en el medio, terminales e importadoras prometen muchas novedades para un consumidor que vivió estos últimos años casi a merced de la oferta de productos locales.