DISEÑO/ESTILO
Sí, es muy atractiva. Y no te digo con este color tan llamativo y el ploteo que nos tocó en suerte. Tranqui, si querés pasar más desapercibido tenés azul, blanco, gris, rojo y hasta un verde pastel en la paleta de colores.

Igualmente, casi todo llama la atención: la falsa parrilla que se va fundiendo con el paragolpes, las luces diurnas elevadas, las manijas al estilo DS que se despliegan al acercarse, el alerón posterior partido, las enormes llantas negras y la carrocería bitono.

Solo en el portón aparece la marca BAIC. En el capot, las llantas o el volante, se lee Beijing, que es la que utiliza el conglomerado chino en varios mercados.

La X55 compite en el segmento mediano contra varias propuestas que en general también son muy llamativas, pero creo que ninguna como está BAIC, que mide 4,62 metros de largo, 16 más que un Taos y uno menos que un Territory, como para tener una referencia.

INTERIOR/CONFORT
Adentro también se la ve muy moderna. El tablero digital pequeño desnuda intenciones y la pantalla táctil cobra protagonismo junto a la pequeña selectora y la consola elevada que deja una enorme bandeja por debajo (imposible no encontrar lugar para dejar las cosas).

La decoración, la iluminación en varios sectores, las butacas con apoyacabezas integrado (y una terminación exquisita) y el techo panorámico de gran tamaño también llaman la atención, pero lo más destacado es la calidad de los materiales.

A la vista todo es perfecto, pero incluso cuando fuimos a chequear lo que no se ve con ojo crítico, nos llevamos una grata sorpresa: doble burlete en las puertas (incluso otro en el capot), excelentes terminaciones bajo el piso del baúl, etc., etc. Estamos ante un producto que no teme compararse con un premium alemán.

Los únicos peros están en una insonorización mejorable al viento en la zona del parabrisas (ya desde 100 km/h) y algunos crujidos detrás de la columna de dirección. Habrá que ver cómo sobrelleva unos cuantos miles de kilómetros, pero se nota un esmero que antes no había en los productos chinos.

Decíamos, el tablero es chico, pero muy visible. Pese a ser enteramente digital, no se puede cambiar el diseño (algo que hace al arrancar, aunque después deja otro permanente), pero la zona central muestra en gráficos lo que va leyendo la cámara (autos, peatones y hasta motos).

La pantalla es generosa, rápida y nítida, pero el sistema no tiene sistema Android o Apple. Se puede emparejar el celular bajando una aplicación y enchufándolo o dándole wifi, pero todo es bastante engorroso.

También aglutina casi todas las funciones (incluso el climatizador) lo que puede ser molesto para activar algunas funciones (todas tiene su propio sonido, uff, pero también pueden desactivarse) Salvo eso, casi todo el resto está a mano y es fácil de operar, aunque la baliza insólitamente está ubicada en la consola de techo.

La posición de manejo es apenas elevada, pero se disfruta sin problemas (ambas butacas son eléctricas, con calefacción y ventilación) y atrás el espacio es bien generoso, sobre todo por un piso plano que no molesta a un quinto pasajero, con el plus del reclinado de los respaldos. Solo los apoyacabezas laterales, que no se esconden, quitan algo de visual hacia atrás.

El baúl no es de los más generosos del segmento y pese al auxilio temporal tiene un piso bastante elevado, cómo para llevar el original sin problemas.

Dejamos para el final el equipamiento, que tiene todo lo esperable (lo que no mencionamos está en la lista de abajo) y al que solo le podríamos exigir, en tren de pedir, masajes, un head display y comandos por voz.

MOTOR/PRESTACIONES
Los cambios ante la X55 de primera generación también están bajo el capot. Dejó de lado el propulsor de origen Mitsubishi para ofrecer uno Mercedes, marca con la que BAIC tiene varios acuerdos dentro de China.

Es un 1.5 de 185 CV con interesantes 305 Nm, una cifra que solo supera la Tiguan 350 entre las SUV medianas nafteras. La caja es una doble embrague de siete marchas, que se toma un tiempito para reaccionar a baja velocidad, algo que apenas molesta a la salida de un semáforo.

Cuando está en vueltas o cuando tiene que demostrar su poder (como en las pruebas de aceleración que hacemos), la respuesta es inmediata. Una buena prueba son los valores que obtuvimos: menos de 9 segundos para acelerar y poco más de 6 para recuperar, cifras solo por debajo de la mencionada Tiguan, con 220 caballos.

Los consumos son algo elevados mirando otros propulsores con cilindrada y potencia similar (1.3 de Jeep, 1.5 de GM, 1.5 de Ford y 1.6 de PSA, e incluso el 2.0 de VW). Gasta casi 8 litros en ruta, más de 10 en autopistas y unos 11 en ciudad.

COMPORTAMIENTO
El comportamiento es otro punto fuerte de esta nueva X55. Las llantas de perfil bajo anuncian un andar complicado en la ciudad, pero salvo por algunos empedrados, se muestra bastante confortable. Sin dudas una pulgada o dos menos le irían genial, pero perdería facha, que es lo que priorizan casi todas las propuestas tope de gama del segmento.

En la ruta se defiende muy bien, con pocas inclinaciones, una dirección precisa y una mínima tendencia subvirante. El motor empuja y las ganas de llevarla ligera están a la altura de lo que entrega el chasis. Látima que no tiene levas para jugar un poco con las marchas (algo que se puede hacer con la selectora).

Por las llantas, el despeje y la tracción (solo delantera) no es para nada amiga de salir fuera de ruta. Además, da pena ensuciarla con lo linda que es.

SEGURIDAD
Otro punto que muestra la rapidísima evolución de esta industria es la seguridad. Tanto por el equipamiento como por los resultados de las pruebas de choque, con las 5 estrellas dadas por organismos locales.

La dotación entrega seis airbags y numerosas ayudas, como frenado autónomo, crucero adaptativo (con detención y arranque), mantenimiento de carril, tráfico cruzado, punto ciego, cámara 360, etc.

En condiciones normales (buena traza y no tanto tránsito) todo funciona muy bien, pero hay que estar atento porque a veces el sistema de seguimiento se desconecta o el mantenimiento lee de más y se pone un poco histérico sacudiendo el volante. La activación del control adaptativo es con un brazo en el volante, pero el de carril se hace por la pantalla, con lo cual uno termina apagando todo por el engorro de los pasos para volver a ponerlo.

Los frenos mostraron un buen desempeño y cifras lógicas (42 metros de 100 km/h a 0) y las luces tienen un excelente rendimiento, con encendido automático y luz alta automática.

PRECIO/COMPETENCIA
Hablar de precios en este momento es ridículo. Porque los 63.000 dólares que cuesta esta única versión de la X55 varían entre el oficial y algo más según tu cara, el concesionario y cómo cotiza la moneda al momento de la operación. Dicen que por un SUV compacto se están pidiendo 30 millones de pesos, así que por este no sabemos cuánto pedirán.

Salvando este temita del precio (que afecta a todos los productos por igual), la balanza no es fácil de inclinar porque BAIC todavía tiene un breve recorrido en la Argentina.

Sin embargo, el producto es uno de los mejores del segmento y, por todo lo que hemos visto, no le envidia nada a sus rivales directos. Tan solo es cuestión de animarse.