Como era de esperarse, los resultados del impacto fueron muy desfavorables para el modelo que lleva más de un cuarto de siglo a la venta en el país.
En una práctica que es habitual, pero no del todo frecuente, Global NCAP y Latin NCAP realizaron una nueva edición del Car to Car, una prueba de choque que implica impactar un auto contra otro.
Esta modalidad se realiza para denunciar la falta de un estándar común entre dos mercados. Ya se hizo con un Tsuru y un Versa de Nissan vendidos en México y Estados Unidos, con pick ups de la misma marca japonesa (una se vendía en Africa) y con dos Hyundai compactos (uno se vendía en India).
Esta vez le tocó a dos generaciones de la Partner, una la original, producida en la Argentina desde hace 25 años, y otra, la Rifter, que es como denomina Peugeot a la versión de pasajeros de la tercera generación del modelo. Si bien es producida en Portugal, la Rifter fue comprada en Chile, uno de los mercados latinoamericanos donde se comercializa.
Como era de esperar, los resultados fueron muy dispares. Mientras la Rifter mostró una buena protección para el conductor, la Partner logró una calificación pobre, con lesiones para el dummy con alta posibilidad de riesgo de vida, además de una estructura inestable y niveles de protección similares para el acompañante y los menores que ocupaban el asiento trasero.
En sus casi 15 años de prueba, Latin NCAP nunca había probado la Partner vendida en nuestra región. El resultado es comparable a una calificación de cero estrellas en las evaluaciones cotidianas.
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Alberto
12 octubre, 2023, 4:35 pmMe encanta que hayan hecho esta prueba!. Hace años que vengo diciendo que no es posible que sigan vendiendo esa lata. Tan responsable la marca que los vende como el gobierno, que no baja un poco los impuestos para que vehículos más seguros puedan ser adquiridos por cualquier trabajador
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