En esta sección relativamente nueva de AutoWeb venimos repasando particularidades del mundo del automóvil que ya desaparecieron, como por ejemplo la guantera-valija de Alfa Romero (ver más), las puertas corredizas del 1008 (ver más), las 13 ventanillas del XM (ver más), el sistema de asientos de la Meriva (ver más) o los comandos satelitales (ver más).

Algunas fueron muy fugaces o estuvieron presente en un solo modelo, pero otras fueron mucho más populares. Esta, que vemos hoy, era moneda corriente en los tiempos en que no existía el aire acondicionado y una pequeña ventanita giratoria hacía llevadero un recorrido a altas temperaturas.

Sin embargo, también hubo unos cuantos que nacieron sin este aditamento, como los Peugeot 404, 504 y 505, los Renault 6 y 18, el Ford Taunus o el Opel K-180, solo por nombrar a algunos que se produjeron en la Argentina antes de mediados de los ochenta.

En paralelo, la modernidad (y la llegada del AA en algunos casos), provocó que en actualizaciones o rediseños el ventilete fuera removido. Así sucedió con los Renault 12 en 1976 (en 1971 debutó aquí con un ventilete que jamás tuvo en Europa), Dodge 1500 en 1978, Renault Torino en 1981 (quedó la ventanilla fija), Fiat 147 y Ford Falcon en 1982, Fiat Súper Europa en 1983 o Volkswagen Gacel en 1988.

También, para esa época, desaparecieron los Fiat 600 y 125 en 1982, el VW Carat en 1991 y el Ford Galaxy en 1996 (estos últimos realizados sobre la base del Passat), que habían nacido con ventilete.

Otros modelos (todas creaciones de los setenta y ochenta) lo dejaron cuando llegó la nueva generación, como el Volkswagen Gol en 1995, la Chevrolet D-20 en 1996 (volvió la Silverado) y la Ford F-100 en 1999, que es, en nuestro registro, el último modelo en ofrecer esta solución en la Argentina.

El “primer” vidrio se siguió utilizando en muchos automóviles (más con el arribo de los monovolúmenes y los parabrisas lanzados), pero fijos, sin la función de airear el habitáculo como para lo que habían nacido los ventiletes.