Gracias a muchas cosas, pero también a sus diseños, tanto Hyundai como Kia se hicieron marcas muy respetadas en occidente, luego de años de luchar contra la mala fama que tuvieron los automóviles coreanos.

Incuso en los últimos años, Hyundai ha encantado con sus creaciones, pero esta vez la nueva generación de la Santa Fe adopta una estética que, gustos al margen, sorprende por su parecido con el Land Rover Defender 130 (la más larga de la gama) y unos cuantos modelos chinos que salieron con una impronta similar.

Esta es la quinta generación de la Santa Fe (producto nacido en 2000) y del cual se saben muy pocas especificaciones, como el largo, las motorizaciones (aunque hay una insignia 2.5 T en el portón) o hasta si mantiene las versiones con siete plazas, aunque todo indica que sí.

El exterior se decanta por una imagen muy ruda, llena de aristas y rectas, incluso en los pasarruedas. Los faros delanteros muestran una H unida en la parrilla y los traseros repiten la letra, pero en una posición extrañamente baja. El portón es muy vertical y va hasta los extremos de la carrocería.

Por dentro hay un habitáculo amplio, con tablero y pantalla unidos, una consola elevada y salidas de aire que parecen ocupar todo el ancho del interior.

Las especificaciones, así como otras informaciones, se conocerán recién el mes que viene, cuando la marca difunda oficialmente la nueva Santa Fe más allá de estas imágenes.