Aunque investigamos mucho, no tenemos la plena certeza de qué marca fue la creadora de los comandos satelitales, estos particulares dispositivos que aglutinaban las principales funciones al alcance de la mano.

Una de las precursoras, o al menos la que más prolíficamente lo usó, fue Citroën, una marca acostumbrada a buscar cómo diferenciarse en una industria bastante repetitiva como es la automotriz.

A mediados de los setenta, el prestigioso CX ya ofrecía comandos satelitales conforme a los nuevos equipamientos que se iban sumando en los autos (faros antiniebla, desempañador trasero, limpialuneta, etc.).

Los comandos satelitales eliminaban en muchos casos los brazos de la columna de dirección y centralizaban todas las teclas que se desperdigaban por la consola central y a la izquierda del conductor. Incluso hubo variantes en que incluyeron los comandos de la climatización.

La marca francesa los expandió a otros segmentos, como por ejemplo en los Visa, GSA y BX, pero con la llegada de los años noventa comenzaron a desaparecer.

Un tiempo antes, además de los Citroën que nos llegaron importados, la industria regional los empezó a sumar. El Volkswagen Gacel y luego el IES Súper América (ninguna herencia del 2CV, que nunca tuvo algo parecido) adoptaron una solución similar con varias teclas empotradas directamente en el tablero.

Luego, la familia Uno/Duna de Fiat fue la que más los popularizó, haciendo gala incluso de su practicidad (junto al cenicero movedizo) en las publicidades de la época. Pero con el rediseño interior que mostraron a principios de los noventa, la novedad se esfumó y casi que desaparecieron de la industria.

Otras marcas nunca los utilizaron y recurrieron a teclas en la consola (como el Falcon, que tenía una multitud del lado izquierdo) o brazos multifunción en la columna, como los de Renault, que además del movimiento vertical y horizontal, podían rotar para habilitar nuevas funciones.