AMG nació en 1967 en Alemania y desde siempre se la ha asociado con Mercedes-Benz por varias razones, por más que sus motores también han servido para impulsar modelos de otras marcas.

Aufrecht y Melcher, sus fundadores, eran ingenieros de la automotriz alemana y crearon esta nueva empresa para preparar motores de clientes Mercedes que querían un mejor rendimiento en carreras. La relación entre ambas empresa fue tan cercana que en 1990 firmaron un acuerdo de cooperación que las unió para siempre.

Sin embargo, en los ochenta, AMG firmó algunos acuerdos con empresas japonesas. Hubo un Honda Ballade con el sello de AMG que se vendió en Sudáfrica, pero también otros dos Mitsubishi que se vendieron en Japón.

El primero fue el Debonair, un sedán de 4,69 metros de largo. La versión de AMG se denominó V3000 Royal AMG y se vendió de 1986 a 1989, aunque solo 300 ejemplares llevaron el sello de la alemana.

Los cambios eran más que nada estéticos, con nueva parrilla, paragolpes, llantas, alerón posterior y escapes a la vista. El motor era el mismo V6 3.0 de la gama con 150 CV y se mantuvo la tracción delantera, pero AMG intervino en la suspensión regulable.

Con el fin de esta versión nació el Galant AMG, que también tenía elementos deportivos en su estética, pero sumaba retoques en la mecánica 2.0 de 160 CV. Sin apelar a un turbo, pero con algunos ajustes, la preparadora lo llevó a 170 CV, al tiempo que agregó otros ajustes provenientes de la versión VR-4, la verdadera precursora del modelo de rally.

Este Galant se ofrecía con tracción delantera y una caja manual de cinco marchas o automática de cuatro. Solo se hicieron 500 unidades hasta 1990, todas vendidas en Japón, al igual que sucedió con el Debonair.

Como vimos, ese mismo año AMG pasó a colaborar decididamente con Mercedes y las intervenciones en otras marcas desaparecieron hasta que los motores desarrollados por AMG llegaron a otras marcas, como Aston Martin, Maybach (del grupo Daimler) y Pagani.