El rediseño de mitad de vida se concentrará en la trompa y la cola. No debería haber cambios en los motores y podría sumar ayudas a la conducción.
Tras tres años en el mercado argentino, el VW T-Cross se prepara para recibir su primer rediseño, el cual actualizará las líneas de la trompa y la cola, los sectores que la marca eligió para ocultar.
El pesado camuflaje no deja ver si habrá nuevas ópticas, pero seguro habrá novedades en estas, la parrilla (con el renovado logo) y los paragolpes. También podría adoptar la iluminación con una tira de led uniendo ambas luces, al igual que tiene la Taos.
Atrás se espera una novedad en los paragolpes y una nueva distribución interna de las luces, las cuales también podrían ganar una iluminación que las una a lo ancho del portón.
En cuanto a los motores, no habría novedades, con los 1.0 de 95 y 116 CV (ver prueba) para nuestro mercado y los 1.0 de 128 CV y 1.4 de 150 CV para el brasileño. Siempre unido a una caja manual de cinco marchas en el caso del primero y a una automática de seis en el resto.
Además, el T-Cross podría, con la actualización, sumar finalmente las ayudas a la conducción (frenado autónomo y controlo crucero adaptativo) que sigue sin tener, pese a ya estar disponibles en los Virtus (ver más) y Nivus (ver prueba).
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