La historia del Trabant es bastante conocida, pero por si no la tenés muy presente, te contamos que fue un modelo producido por la República Democrática Alemana entre los años 1960 y 1991.

Así como existieron los 2CV, 500 y Beetle, entre muchos otros en Europa Occidental, el Trabant se convirtió en un ícono de la industria soviética destinada a movilizar a las masas (ver otros productos vendidos detrás de la Cortina de Hierro).

Sin embargo, con el correr de los años, mientras la industria automotriz capitalista avanzaba a pasos agigantados, el Trabant se mantuvo inalterable con su carrocería plástica, un motor de dos tiempos y su equipamiento espartano.

Pese a su precio económico, acceder a un Trabant no era nada fácil y las listas de espera podían alcanzar hasta 13 años. Y acá nos quejábamos de los teléfonos de Entel.

Pero la cuestión es que en los ochenta, con la apertura soviética que se fue dando con la llegada de Gorbachov al gobierno, los dirigentes de la RDA comenzaron buscar acuerdos con productores de occidente.

Fue así que Volkswagen primero entregó un viejo motor del Polo de un litro para renovar la mecánica del Trabant y luego participó de la gestación de la nueva generación del modelo.

Según el sitio Car Design Archives, la base del nuevo Trabant se tomó de un fallido Polo de tercera generación, que había sido postergado debido a la reasignación de fondos de la empresa para las renovaciones de los Golf y Transporter.

El nuevo Trabant, al igual que el Polo II (nacido en 1981), agrandaría su catálogo con una opción hatch, una sedán y una familiar. Los diseños fueron encomendados a ItalDesing, que con Giorgetto Giugiaro a la cabeza produjo los prototipos.

En las fotos se ve claramente como el hatch tenía (como se acostumbra en estos modelos a escala 1:1) un lateral con una puerta y otro con dos, para mostrar en una misma unidad cómo quedarían ambos diseños. Detrás, en la pared, aparecen los bocetos de las otras carrocerías.

En el diseño se pueden notar algunas cosas de los Renault 19 (nacido de esa época) y Seat Ibiza II (que llegó tiempo después), dos modelos diseñados por Giugiaro (ver otras creaciones del italiano).

Los sucesos de 1989, que finalizaron con la caída del Muro de Berlín, cambiaron todo el panorama. Muy poco tiempo después, pero ya en 1990, una de las fábricas del Trabant comenzó a producir en Alemania Oriental una de las versiones del moderno Polo.

El Trabant original dejó de producirse en 1991, cuando la apertura de las fronteras y la posterior reunificación de las dos Alemania dejó sin sentido la comercialización de un producto con tres décadas encima.