Manejamos la única versión disponible del nuevo Clase C, con un motor híbrido ligero que le otorga buenas prestaciones y bajos consumos.
Por Martín Simacourbe
Fotos: MIguel Tillous y M.S.
La quinta generación de la Clase C, la sexta si contamos el debut de Mercedes en este segmento con el recordado 190 en 1982, ya se vende en la Argentina. Llega importado de Sudáfrica (como sucedía con el anterior) en una única versión: la C300 con el paquete AMG que retoca el aspecto, pero también la dinámica.
Es una pena que el modelo apenas se venda en esta versión (posiblemente luego llegue algún AMG genuino, con más potencia), pero es un mal de estos tiempos. Las restricciones a este tipo de importados han hecho que no valga la pena tener una amplia gama como la que supo tener el modelo en generaciones anteriores.
La gran novedad, además de todo lo que conlleva un salto generacional, es que todos los Clase C tienen ahora algún grado de hibridización. Para esta primera etapa, la filial argentina eligió un híbrido ligero, que se vale de un eléctrico que beneficia al naftero otorgándole más potencia (no como en un híbrido convencional, pero algo al menos) y reduciendo los consumos de buena manera para una mecánica de esta potencia.
Otra buena es que, contrariamente a lo que sucedió a veces para no hacer privativo el precio, este Clase C viene con un interesante equipamiento, tanto de confort como de seguridad, que detallaremos más adelante.
DISEÑO/ESTILO
Entre tanto SUV, pick up, aventurero y sarasa, siempre es bueno encontrarse con un sedán de los de siempre, que respeta los tres volúmenes con el que Mercedes ha conquistado tantos clientes a lo largo de su historia.
Este Clase C apela a lo clásico: un capot largo e imponente y una cola corta. La mayor novedad son unos faros traseros apaisados, algo que no se veía desde el 190. Adelante la parrilla cambió de formato (es más ancha abajo, por primera vez, y repleta de minúsculas estrellas de tres puntas) y las ópticas redujeron su tamaño. Es apenas más grande que el anterior (6 cm de largo, 1 de ancho, igual de alto y 3 más entre ejes).
El paquete AMG se ve sobre todo en las particulares llantas de cinco rayos y 18″ pulgadas, que dejan bien a la vista los discos de freno. Quien esté buscando un sedán sobrio deberá mirar para otro lado.
INTERIOR/CONFORT
El verdadero cambio estético en esta generación del Clase C se ve al abrir la puerta. Allí salta a la vista el acabado metálico de la plancha y las dos amplias pantallas (ambas de 12″), además de nuevas salidas de aire y una virtual ausencia de comandos físicos en la consola.
Como en otros modelos de la marca, se impuso la digitalización del tablero y ahora este es una especie de tablet muy fina y amplia, con gran resolución y la posibilidad de optar entre múltiples vistas: clásica, deportiva, minimalista, etc. y con muchísima información disponible.
La nueva pantalla táctil, dispuesta en forma vertical y de imponente tamaño, no le va en zaga. Está levemente orientada al conductor, lo que evita reflejos, y repite la buena calidad y la cantidad disponible de data.
Hay para hurgar largo y tendido entre los menús, porque también es posible regular desde aquí los distintos modos de manejo, las ayudas disponibles, colores de la ambientación y hasta jugar con la regulación del asiento. Es algo que no había visto nunca: uno pone la altura y el sistema eléctrico se encarga automáticamente de colocar el asiento y el volante. Por supuesto que me sentó mucho más alto y cerca de lo que manejo pese a mi corta estatura: una herencia tan figuereana como mirandesca (mis ex boss en Motorpress).
Cualquiera que elijas, es muy buena, ya sea confortable o deportiva, porque permite ir sentado bien bajo si se prefiere. Se mantiene la clásica butaquita en la contrapuerta para regular cojín y respaldo.
Por debajo de la pantalla aparece el único menú de botones (salvo por los del volante, del tipo háptico, que no me parece la mejor solución a la hora de seleccionar cosas) con acceso directo a los modos de manejo, cámaras, volumen y apagado. Esta pieza no presenta la mejor calidad y afea un conjunto bien trabajado en general, pero que igualmente está un pasito por debajo de lo que se encuentra en los Audi y BMW equivalentes. En cambio, la insonorización es impecable.
La buena nota vale para la presentación general, con esas enormes pantallas y el acabado brillante de la consola central que se abre hasta llegar a las puertas. Era algo impensable en un Mercedes de hace unos cuantos años atrás y la marca se la jugó, con un resultado que seducirá a nuevos clientes sin encolerizar, creemos, a los actuales.
Atras hay un sorprendente buen espacio para las piernas, lógico a lo ancho y algo reducido a lo alto, con un techo (producto también del vidrio panorámico) que queda cerca de la cabeza. El acceso tampoco es de lo mejor, aunque lo más flojo es la quinta plaza, por la dureza del respaldo y un túnel que impide cualquier comodidad.
El equipamiento es abundante y hay mínimos faltantes, como el climatizador para esas plazas traseras. Hay estacionamiento asistido, tapa de baúl eléctrica, cargador inalámbrico y más.
El baúl tiene el mismo tamaño del anterior Clase C, 455 litros, una cifra lógica para este tipo de sedanes. Ah, y no le busques un auxilio. Tiene el kit reparador que nada hará si partís todo, algo muy probable en una ruta argentina. Si salís lejos, lo mejor sería prevenirte.
MOTOR/PRESTACIONES
La mecánica de este nuevo Clase C es híbrida ligera, esto significa que cuenta con un motor eléctrico, que a diferencia de un híbrido tradicional, no se utiliza para movilizar en ningún momento a las ruedas.
Integrado a la transmisión, sirve para dar arranque y asistir al naftero, que es un EQ Boost de 2.0 litros con 4 cilindros y turbo, que entrega en total 258 CV y 40 Nm. La diferencia con otros híbridos ligeros es que este aporta 20 CV (otros se quedan en apenas 2 CV) y 200 Nm, lo cual es muy beneficioso tanto para las prestaciones como para el consumo.
En nuestras pruebas, el C300 aceleró en 6,5 segundos y recuperó de 80 a 120 km/h en poquito más de 4, valores cercanos a los que obtuvimos con el BMW 330 (ver prueba). Por su parte, los consumos son realmente bajos a velocidades constantes. A 100 km/h logramos menos de 5 l/100 km y a 130 consumió casi 7 (un litro menos que en el 330, en ambos casos).
A diferencia de un híbrido tradicional, que logra reducir bastante el consumo en ciudad, este Mercedes dícilmente baja de 11 litros en la conducción urbana, un valor que sin embargo es muy lógico para la potencia disponible (nos dio lo mismo que el 330 que también tiene 258 CV) y un peso de casi 1.700 kilos.
La caja es la habitual G-Tronic de nueve marchas y la tracción a las ruedas traseras. En Europa hay opciones con tracción integral y con dirección a las cuatro ruedas.
COMPORTAMIENTO
La nueva generación del Clase C mantiene en alto los valores de confort y dinámica a la que estan acostumbrados los clientes de Mercedes y de este sedán en particular. Sin embargo, me pareció un poquito menos deportivo que anteriores versiones del modelo, algo que muchas veces sucede en la industria en pos de contentar a un público cada vez mayor.
Esa brecha también se nota ante otras opciones del segmento, como un Audi A4 o un BMW Serie 3, pero estamos hilando muy fino. En esa sensación contribuye una caja que tiene una leve lentitud para algunas maniobras, algo que se puede anticipar gracias a las levas.
Por suerte, la filial local trajo la versión AMG-Line, que tiene un ajuste deportivo que le permite surcar curvas con enorme aplomo y una suavidad en el balanceo que no se encuentra en sus rivales.
La suspensión se mantiene con esquemas de paralogramo deformable en ambos trenes, la dirección es bien directa y el cliente puede elegir entre varios modos de manejo que afectan distintos parámetros, como para tener en un mismo auto un comportamiento mas dócil o más enérgico.
En ciudad, pese al perfil bajo de los neumáticos, es un sedán confortable, que solo se molesta ante algunos empedrados. Y si bien se lo ve bajito y con un despeje complicado, a mi no me tocó lidiar en la semana que lo manejé con cunetas o lomos de burro de esos en los que pensás que vas a dejar medio auto, pero es cierto que fui cuidadoso de antemano.
No importa la condición de manejo que elijas, siempre vas a bajarte con una sonrisa de un C300, por el alto grado de confort que ofrece, pero también por la potencia disponible y la seguridad con la que afronta cada curva.
SEGURIDADPor suerte, las marcas Premium ya no recortan los principales sistemas de seguridad activa disponibles en los mercados de origen. Este Clase C viene equipado con control crucero adaptativo (de impecable funcionamiento, con arranque y parada en situaciones de tráfico intenso) y frenado autónomo de emergencia.
Eso se suma a los siete airbags, unos faros de excelente rendimiento y frenos a la altura (otro beneficio del paquete AMG), que lo pararon en muy buenas distancias (39 metros en el 100 km/h a 0).
Por supuesto, sacó cinco estrellas en las pruebas de EuroNCAP, pero además con porcentajes cercanos a la perfección en varios ítems (93 en adulto y 89 en niños, por ejemplo).
PRECIO/COMPETENCIA
Llegamos a la parte conflictiva de cada test: el valor a público. Lo anunciado por Mercedes son 104.000 dólares, que se debieran traducir al cambio actual, pero que sabemos no es así en la práctica.
No es lo mismo entonces si estamos hablando de dólar billete, de dólar Qatar o de cualquiera de las chiquicientas cotizaciones que tiene la moneda norteamericana en el mercado. También entra a jugar, y mucho, el usado que suele dejar quien se acerque a comprar este nuevo Clase C.
Entonces, hablar de rivales, precios, etc es un sin sentido, porque a todo esto debemos agregar que la disponibilidad, tanto en este Mercedes como en cualquier vehículo de la competencia, es muy reducida. Y la ansiedad del cliente es el mejor activo que tiene un concesionario para cotizar una unidad al precio que le plazca.
Estamos en un tiempo complicado en el que la demanda supera ampliamente a la oferta, el cliente no pelea demasiado porque sabe que detrás hay otro dispuesto a pagar más por llevárselo y el concesionario no tiene mucha idea de cuánto valdrá la siguiente unidad que reponga.
Lo mejor es que el nuevo Clase C ya está disponible en la Argentina. Y si bien es cierto que las alemanas mantienen la oferta y también está el Alfa Giulia, la disponibilidad de sedanes de este tamaño es cada vez más reducida en nuestro mercado (se fueron Mondeo y Accord y los Camry y DS9 se consiguen en cuentagotas).
Y por último, esta versión es la primera de un largo proceso de electrificación que la marca ya inició en la Argentina y que pronto traerá sus primeros modelos cien por ciento eléctricos.
Lo Bueno
Prestaciones
Consumo reducido
Equipamiento general
Diseño exterior e interior
Comportamiento
Lo Malo
Disponibilidad
Unica versión
Sin auxilio
Quinta plaza
Precio elevado
FICHA TECNICA
Motor
4 cilindros, 16 válvulas
Cilindrada: 1.999 cm3
Alimentación: Turbo nafta
Potencia: 258 CV a 5.800 rpm
Torque: 400 Nm entre 2.000 y 3.200 rpm
Transimisión
Caja: Automática de nueve marchas
Tracción: Trasera
Frenos: Disco ventilado/disco
Tren de Rodaje
Suspensiones: Paralelogramo deformable
Dirección: Eléctrica
Neumáticos: 225/45 x 18″-245/40 x 18″
Dimensiones y Capacidades
Largo/Ancho/Alto: 4,751/1,820/1,437 mm
Peso: 1.675 kg
Baúl: 455 litros
Tanque: 66 litros
EQUIPAMIENTO DE CONFORT
Acceso y arranque sin llave
Butaca y volante con regulación eléctrica
Cargador inalámbrico de celulres
Climatizador automático bizona
Estacionamiento asistido
Llantas de aleación
Pantalla táctil con cámara 360°
Sensor de lluvia
Tablero digital
Tapizado con cuero
Techo corredizo panorámico
EQUIPAMIENTO DE SEGURIDAD
Airbags frontales, laterales, de cabeza y de rodilla
Apoyacabezas (5)
Cinturones inerciales (5)
Control crucero adaptativo
Control de establidad
Detector de punto ciego
Encendido automático de luces
Frenado autónomo de emergencia
PRESTACIONES
Aceleraciones
0-100 km/h: 6,5 s.
0-400 metros: 14,8 s.
0-1000 metros: 26,6 s.
Recuperaciones
80-120 km/h en D°: 4,2 s.
Frenada
100-0 km/h: 39,1 mts.
140-0 km/h: 73,2 mts.
Consumos
100 km/h: 4,8 litros/100 km.
130 km/h: 6,9 litros/100 km.
Urbano: 11,6 litros/100 km.
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