La 19° edición del GP histórico del ACA reunió nuevamente a lo mejor del parque automotor hasta 1981. Cobertura y fotos de Miguel Tillous.
Texto y fotos Miguel Tillous
19 ediciones pasaron ya y el Gran Premio Histórico sigue su camino. Pandemia mediante (hizo cancelar la prueba de 2020) este evento que nació en 2003 recorrió, desde entonces, una gran cantidad de provincias y regiones de nuestro extenso territorio.
En sus comienzos, el trazado original se reprodujo llevando el recorrido por las rutas de Cuyo y Noroeste, lo que le dio al Gran Premio una impronta muy similar a las de aquellas verdaderas epopeyas de los años 50 y 60, épocas tremendas cuando la carrera era un verdadero banco de pruebas, tanto para la industria nacional cuanto para los equipos extranjeros que la utilizaban para sacar provecho de un buen resultado en los durísimos caminos de entonces.
Imposible olvidar esas primeras ediciones históricas, cuando la caravana serpenteaba las cuestas y quebradas de las provincias norteñas, plenas de paisajes increíbles. Luego, el rumbo torció al sur, con las inolvidables ediciones de 2010/11.
Y hasta la Mesopotamia fue testigo, en 2013, cuando llegó a Iguazú. Pero los vaivenes de una economía complicada obligó de a poco a mutar por un esquema de competencia que acotara el número de provincias visitadas, adoptando el clásico sistema tipo trébol, con largada y llegada en un mismo punto, como aconteció en 2021, en San Luis, y que este año se repitió aunque con algunos cambios.
Con 105 autos habilitados, el circuito de Potrero de los Funes dio el puntapié inicial. Una primera etapa con algo de montaña y un paso final por el autódromo Rosendo Hernandez, novedad absoluta esta vez. Los caminos más complicados llegaron el segundo día, cuando se debió trepar desde Nogolí a Río Grande, y de La Carolina a San Francisco, con el increíble cerro El Amago como testigo.
La etapa 4 tuvo un final en un lugar fantástico: el ascenso a El Filo y Mirador de los Cóndores, en las cercanías de Merlo. En total, después de 5 jornadas, fueron más de 1800 km, entre las cuatro jornadas disputadas íntegramente en la provincia puntana y la quinta y última con inicio en Merlo y final en la ciudad de Bragado, ya en territorio bonaerense.
En cuanto al parque automotor, el Gran Premio comenzó a mostrar algunas mutaciones, producto de la habilitación de los “nuevos” compactos que nutrieron al Turismo Nacional desde principios de los años 70. Así, ya se nota un avance de modelos como el Peugeot 504, el Renault 12, los Fiat en sus versiones 128 y 125 y el recién llegado R18. Recordemos que el límite impuesto es el año 1981, sin otras restricciones.
Es decir, ya no es indispensable que el modelo haya participado de algún Gran Premio entre 1957 y 1967. Además, los autos provenientes de países vecinos como Uruguay y Paraguay son bienvenidos, como es el caso del Ford Escort en sus diferentes versiones, el BMW 2002, los distintos VW y hasta un Toyota Célica GT, producto de la historia de estos modelos en célebres carreras sudamericanas como el Gran Premio 19 Capitales y el Rally Trans Chaco.
El epílogo del GPH mostró al binomio cordobés Osman-Osman, especialistas en estos temas de regularidad, victoriosos en un Peugeot 404, modelo todavía mayoritario, sobre un VW Passat venido desde Asunción, el de Gauto-Meier.
2023 será un año de festejos, cuando el Gran Premio Histórico cumpla 20 ediciones. Tal vez, y no estaría nada mal, se vuelva a un recorrido que se aproxime más a los de antaño.
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Sergio
4 octubre, 2022, 11:01 pmQue bellezas de autos. Uno mejor que el otro
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