En Europa es normal que las locales tengan un éxito mucho mayor al de sus competidoras. Fiat lo hace en Italia, las francesas en su territorio, Volvo en Suecia y hasta Seat, hoy de capa caída, domina en España.

Con Lancia la cosa es más evidente por un contundente motivo: su único producto, el Ypsilon, no se vende fuera de Italia. Sin embargo, puertas adentro, el éxito del modelo sorprende a propios y extraños.

El Ypsilon va por la tercera generación (las otras son de 1995 y 2003) y fue lanzado en 2011 con la novedad de llevar cinco puertas. Era un compacto lujoso y moderno, pero desde allí casi no tuvo novedades y fue desapareciendo del resto de los mercados europeos.

Pero en Italia, las cosas marchas muy bien: en agosto, el modelo consiguió una participación de 4 por ciento (con casi 3.000 unidades vendidas), la cuota más alta de los últimos 20 meses. Es el compacto más vendido de la península y logra el 19 por ciento del segmento, con ventas que ya acumulan más de 23.000 unidades este año.

Es cierto que la oferta “italiana” entre los compactos no abunda: Fiat salió del segmento tras la discontinuación del Punto y sin dudas la localía ayuda al éxito del Ypsilon, pero estamos hablando de un modelo que casi no se renovó en una década, incluso con la llegada de Stellantis, y que compite contra modelos muchísimos más modernos.

El grupo que unió a FCA y PSA le dará nueva vida a sus marcas más castigadas (ahí se cuenta también a Dodge, Chrysler e incluso Alfa Romeo), pero eso será recién en un par de años (ver más)

Mientras, el Ypsilon de tercera generación recorre sus últimos meses de vida comercial con un éxito que desafía toda lógica. En Italia se vende con un 1.0 tricilíndrico de 70 CV con hibridización ligera y un 1.2 4 cilindros y 60 CV que puede ser equipado con GLP.