Contacto: Mercedes-Benz Sprinter 316 CDi 25 Aniversario

Manejamos una de las versiones más grandes del furgón más vendido de la Argentina, equipado con el motor diesel de 163 CV y doble fila de asientos.

Por Martín Simacourbe
Fotos: Miguel Oteiza

Con 25 años de historia en la Argentina, la Sprinter se ha convertido en el furgón nacional mediano por excelencia, tras la desaparición de la Trafic, que se produjo entre 1985 y 2002.

Si bien desde hace muchos años es el líder de su categoría (en su momento le peleaba la Master, sucesora de la Trafic), la restricción a los importados aumentó considerablemente la distancia con sus rivales, que llegan desde todas partes del mundo: Ducato de México, Jumper y Boxer de Italia, Daily y Master de Brasil, Transit de Uruguay (antes venía de Turquía) y Hiace de Japón. Hasta Hyundai trajo unas pocas H350 de Corea.

Pero claro, ese liderazgo, que se acentuó con el contexto actual, se cimentó mucho antes en el gran trabajo que Mercedes ha hecho desde siempre en el mercado del transporte, en la probada eficiencia del modelo en sus distintos modelos y en el hecho, no menor, de portar la estrella de tres puntas en la trompa.

Aprovechando el cuatro de siglo de producción, la marca sacó al mercado hace un tiempo la versión 25 aniversario, que suma de serie elementos opcionales al furgón 316 3665 Mixto, con capacidad para cinco pasajeros y un enorme espacio de carga disponible. Y como en AutoWeb no subimos a todo lo que tenga ruedas, no dudamos un instante tener un contacto con el furgón más vendido del país.

La Sprinter se vende con tres tipos de carrocería: furgón, chasis y combi (la destinada al transporte de pasajeros). La primera viene en cuatro medidas de largo distintas y dos variantes de altura. Esta 316 3665 (el nombre viene por la distancia entre ejes de 3,67 metros) es la segunda más larga y con el techo más alto.

A priori, es enorme para la ciudad. En la competencia y dentro de la propia línea Sprinter hay variantes con 5 o 5,5 metros de largo (esta 3665 mide 5,93) y con alturas hasta 30 cm menor (2,62 la que probamos), con lo cual hay que tener cuidado con algunas arboledas, sobre todo al estacionar, una tarea que no es nada fácil.

Acá hablamos del porte del vehículo y de encontrar un espacio libre en el caótico tránsito porteño, porque tanto la maniobrabilidad de la dirección eléctrica como la cámara trasera (ubicada en el techo) ayudan muchísimo en la tarea.

Cuidando las distancias, la Sprinter es fácil de llevar. La postura de manejo es bien de camioncito, pero el volante tiene una empuñadura perfecta y doble regulación, la butaca ofrece una buena regulación y la visibilidad es magnífica, salvo por el espejo izquierdo, que según tu altura, seguramente quede atravesado en la visión por el falso ventilete.

La calidad de los materiales es muy buena teniendo en cuenta que hablamos de un utilitario. El volante tiene superficies táctiles para manejar multimedia y computadora de a bordo, el tablero es completo y muy fácil de visualizar, la pantalla ofrece calidad y conectividad y la selectora, elevada, queda bien a mano.

También hay muchos lugares para guardar cosas (guantera clásica, otra en lo alto de la plancha, más lugar sobre la cabeza y enormes portamapas en las puertas), pero no tanto para tenerlas a mano, como por ejemplo el celular o las llaves, que irán como puedan en los lejanos portavasos.

La caja es de seis marchas y demanda en algunos casilleros algún tipo de vehemencia, pero no pretendemos la suavidad de una berlina. En la gama Sprinter no hay una opción automática, algo que solamente ofrecen las Iveco Daily y Toyota Hiace y que seguramente varios verían con buen ojo, aunque en el mundo del transporte cada peso extra (una opción así sería más cara) se tiene muy en cuenta.

El acompañante queda allá, del otro lado, y si bien hay versiones con tres asientos delanteros, esta 25 aniversario viene con solo dos, lo que ayuda a desplazarse a la hora de ir a buscar algo a la zona trasera, que tiene más de dos metros de alto, con lo cual no hay que estar temiendo pegar algún cabezazo (y más en mi caso).

Justamente atrás, aparecen tres butacones muy altos (tipo bondi), pero que no reclinan y que tienen cinturones de dos puntos. Es más que nada para llevar a la tropa a la hora de trabajar, porque no son muchas las comodidades allí, pero al menos hay una ventanilla corrediza y, como siempre, mucho espacio. El acceso a esa zona se hace a través de la única puerta lateral, también corrediza.

La zona de carga ofrece sobrado lugar en todas las dimensiones y el portón posterior de doble hoja se puede abatir a pleno, con lo cual cargarla es sumamente cómodo. Ah, el piso está bien protegido, hay varios ganchos y muy buena iluminación para laburar de noche.

El motor es el conocido 2.1 biturbo diesel de la estrella con 163 CV y 360 Nm (las versiones de entrada del modelo tienen 114 CV y 300), cifra esta última que está disponible entre las 1.400 y las 2.400 vueltas.

Antes de esa cifra le cuesta un poco (reconozco que nunca lo llevamos al tope de su capacidad de carga), pero es apenas un instante. Luego, el biturbo se muestra ágil y contundente a la hora de acelerarlo a pleno, pero en esa situación también se hace escuchar.

No hicimos las pruebas habituales, pero el consumo está en torno a los 7,5 litros a 100 km/h, cerca de 9 a 130 y por los 8,5 en ciudad. Estos valores son con un ocupante y mis míseros 70 kilos, con lo cual la cifra dependerá mucho de la carga que lleves, lógicamente. El tanque tiene 71 litros.

El comportamiento es equilibrado, algo saltarín como todo utilitario cuando va descargado, pero firme y con reacciones muy predecibles. Además, cuenta con varios asistentes como el detector de fatiga y también el frenado autónomo de emergencia, algo único en el segmento y que además es de muchísima ayuda para los transportistas, acostumbrados a lidiar con planillas, mensajes telefónicos y demás entre pedido y pedido.

En el equipamiento, como te contaba, hay detalles de serie como las llantas de aleación (incluso en el auxilio) o la mencionada cámara de retroceso. Hay botón de arranque, pero no tiene cierre en rodaje. No le encontré grandes faltantes, pero le vendría bien algún sensor delantero o el plegado eléctrico de los espejos para entrar en algún garage o galpón.

La gama actual es otro de los distintivos de Mercedes: contempla entre las tres carrocerías nada menos que 22 opciones y entre los furgones hay 16. Salvo la Daily, que tampoco llega a ese número, el resto de la oferta no pasa de 5 o 6 versiones.

Los precios para la Sprinter van desde los 48.820 a los 71.654 dólares. Esta que manejamos (el nombre oficial es 316 CDi Furgón 3365 TE Mixto 4+1) vale 67.823 dólares

Entre las que ofrecen furgones medianos, Mercedes es la única que cotiza en la moneda norteamericana, con lo cual saber cuál es valor real que exige el concesionario depende mucho de cada operación (los furgones comparables por tamaño navegan entre 8 y 10 millones de pesos). Pero la Sprinter siempre fue más cara que la competencia y eso no debe haber cambiado en esta época.

Otra cosa para revisar es la garantía, de solo dos años, aunque sin límite de kilometraje, una cifra que, como número uno que es, Mercedes podría mejorar.

La Sprinter es por muchas cosas el mejor exponente para quien busca un furgón en la Argentina, sobre todo por la confiabilidad que otorga la marca, la variedad que tiene en la gama y el extra de seguridad disponible. Pero hoy, por disponibilidad, ninguno siquiera se asoma a discutirle el trono.

A favor
Motorización confiable
Frenado autónomo 
Variedad de oferta

En contra
Practicidad en la ciudad
Garantía limitada
Precio elevado

Martín Simacourbe
ADMINISTRATOR
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