Todos recuerdan el escándalo de las emisiones falsificadas por Volkswagen con las emisiones de sus vehículos Diesel a mediados de la década pasada, pero el de la compañía de camiones Hino escala todavía más.

Es que el fabricante japonés, del cual Toyota tiene una participación del 50 por ciento, admitió haber manipulado datos de consumos y emisiones por casi los últimos 20 años.

En un primer momento, se creyó que unas 115.000 unidades estaban afectadas y una investigación de la propia empresa reconoció que el problema no se inició en 2016, sino en, al menos, 2003.

“Desafortunadamente, la conducta inapropiada se llevó a cabo en una amplia variedad de modelos”, admitió Satoshi Ogiso, el presidente de Hino,

Según la compañía, la cultura empresarial impidió que los empleados desairaran a los jefes con un motor que no cumpliera con las exigentes normas que se iban aprobando en pos de una reducción de consumo y emisiones contaminantes.

A cambio, prefirieron mentir los datos de rendimiento de cuatro motores utilizados en modelos de Hino, si no también de Toyota e Isuzu.

Hino no es la primera empresa japonesa en caer en estas prácticas. Mitsubishi, Subaru, Nissan, Mazda, Suzuki y Yamaha han tenido problemas con las emisiones.

Recientemente, la comercialización de productos Hino en la Argentina fue absorbida por Toyota Argentina (ver más). La empresa vende camiones y buses en nuestro mercado desde hace seis años.