Una entrevista del sitio inglés AutoCar al número uno de la filial europea de Citroën volvió a poner en boga los beneficios que tiene para el cliente real la cada vez más incipiente electrificación de las distintas gamas.

Arnaud Ribault señaló que “la electrificación aumentó tanto el precio de los automóviles, que hay gente que ya no puede pagar por ellos” y que “esto es una amenaza real, no solo para Citroën”.

El directivo adelantó que “el trabajo que todos estamos haciendo ahora es disminuir los costos para compensar el aumento de la material prima y el costo de la electrificación”.

Los precios de un modelo híbrido y de los eléctricos, sigue siendo más costoso que el de los modelos a combustión, incluso con ayudas las estatales presentes. Un C4 cuesta en España entre 21 mil y 28 mil euros con un motor convencional, pero el mismo vehículo tiene valores entre 34 mil y 36 mil cuando está equipado con una motorización puramente eléctrica.

El C4 es un mediano y si bien es un modelo popular, muchos compradores pueden hacerse cargo del precio extra dado que luego tienen un costo de mantenimiento menor, pero eso se dificulta en las gamas bajas.

A causa de las nuevas regulaciones, la mayoría de los modelos compactos europeos está desapareciendo. Muchos ya se retiraron y otros tantos no van a continuar con vida más allá de la generación actual.

En un vehículo en torno a los 10.000/15.000 euros no es del todo viable montar un motor eléctrico y tampoco seguir invirtiendo en exprimir un motor a combustión para que pueda cumplir con las exigentes normativas que fueron surgiendo.

Alguna vez escribimos acerca de un futuro con modelos populares en alquiler (ver más), como sucede con el Ami eléctrico de la foto (que también se vende), y parece ser que, al menos en Citroën, muchos creen que esto podría terminar siendo así.