DISEÑO/ESTILO
Volver a tener un sedán en nuestra cochera ya es motivo de placer, pero además el DS 9 tiene suficientes atractivos propios como para quedárselo viendo, con una particular convivencia de elementos modernos y pequeños homenajes que se han hecho al DS orginal.

Entre los primeros encontramos los faros led que al encenderse giran los tres cubos que lo integran, las tiras led diurnas, la enorme parrilla, las llantas de 19″ o las manijas que se despliegan al reconocer la llave.

Los homenajes corren por cuenta del cromado que se despliega a lo largo del centro del capot, la luz ubicada en el parante trasero a los costados de la luneta (de nula utilidad) y la caída de cola que no tiene intenciones deportivas, sino emular, de alguna manera, el particular corte de baúl que tenía el modelo de 1955.

Como dijimos, el 9 es un auto imponente, con casi 5 metros de largo, 18 cm más que el Peugeot 508 con el que comparte plataforma y que finalmente no nos llegó a la Argentina.

Lo bueno, más allá de los gustos, es que es una propuesta claramente diferente a la de las tres premium alemanas o las alternativas japonesas que ofrece el segmento.

INTERIOR/CONFORT
Esos cm. extras que te contábamos se ven todos en las plazas traseras, que ofrecen un lugar espectacular, algo muy valorado en el mercado chino.

Acá lo disfrutarán los pocos que utilicen su DS 9 con chofer, aunque no viene con todos los gadgets que ofrece en Europa (butaca eléctrica, climatizada y con posibilidad de adelantar la delantera por medio de un botón). Por suerte se mantiene el climatizador y un par de salidas USB

Dos irán increíblemente cómodos, con espacio en todas las direcciones. Solo un quinto ocupante va a sufrir por la dureza del asiento central.

Si lo vas a conducir, el entorno tiene pros y contras. La calidad es un punto muy alto, con plásticos, en general, de buen nivel, y cuero en varios sectores, algo que le da presencia. Ahí se suma el coqueto reloj central que se despliega al encender el vehículo.

Lo mismo vale para la excelente insonorización o para la posición de manejo, con múltiples regulaciones eléctricas, que permite ubicarse bien abajo, casi como en un deportivo.

Pero también hay muchos elementos heredados de otros modelos de Peugeot y Citroën, algo que el cliente premium no valorará tanto. No hablamos únicamente de la selectora o infinidad de comandos: el tablero digital o la pantalla táctil son las mismas de varios modelos genéricos de la ex PSA.

El instrumental tiene la misma tecnología de otros modelos de la casa (con muchas vistas, pero sin ser 3D, como el 208 nacional), aunque el entorno es fiel a la marca DS, con ese afán de llevar todo a lo romboidal, algo que no termina de ser lo más atractivo.

También se repite de otros DS la elección por las teclas levantavidrios mal ubicadas (al lado de la selectora) y con una textura símil metálica de una calidad que contrasta con el resto.

El equipamiento tiene casi todo, pero encontramos algunos faltantes, como las butacas con masajeador (lo reclamamos porque lo tiene el 7, nada más), un techo corredizo algo más grande (no llega a ser panorámico), estacionamiento asistido o el autohold para no tener que esperar en el semáforo con el pie en el freno.

El baúl es grande (anuncia 510 litros), pero más profundo y ancho que alto. Por debajo hay una rueda del tipo temporal, de las finitas.

MOTOR/PRESTACIONES
El motor del 9 es el 1.6 Puretech que deriva del conocido THP y que en este caso rinde 215 CV, una potencia para nada despreciable, pero que para el cliente acostumbrado a manejar una berlina premium puede quedar algo justa.

Las prestaciones son correctas, con 8 segundos para llegar a 100 km/h y 6 para pasar de 80 a 120 km/h, cifras que dejan en claro su poder, pero sin un tinte deportivo.

Es decir, el 9 responde con soltura cuando el pie derecho demanda, pero no es contundente a la hora de acelerar. Es algo que va en sintonía con el enfoque general que tiene el modelo, de brindar respuesta poderosa, pero sin perder la amabilidad.

Los consumos son buenos a velocidades crucero, donde la caja de ocho velocidades (que tampoco es de las más vivaces) relaja el ritmo. Nos dio apenas 5,5 l/100 km en ruta y 7,4 en autopistas. La cosa cambia en ciudad, donde pide más de 12 litros.

COMPORTAMIENTO
En términos dinámicos, DS aun está buscando su propio camino. El 9 comparte plataforma con el Peugeot 508, pero no tiene el tacto deportivo que encontramos en muchas berlinas de la marca del león. Tampoco tiene el paso amable de muchos Citroën y si estás buscando eso, quizás te convenga más subirte a un C5 Aircross.

Con el 9 acelera fuerte y dobla con eficiencia, pero no es el auto ideal para llevarlo al corte en un camino sinuoso. Tampoco es el más confortable en ciudad, un poco por la elección de las llantas de 19″, aunque será muy difícil que te quejes del andar, porque absorbe casi todas las irregularidades del camino.

La correcta asistencia de la dirección, la posibilidad de utilizar las levas y el saber que debajo del capot hay más de 200 caballos le permiten ofrecer un plus para cuando necesites acelerarlo, pero donde mejor se siente es a la hora de colocar el control crucero y devorar kilómetros casi sin inmutarse. Allí, es de las mejores opciones del mercado.

SEGURIDAD
Impecable dotación por donde se lo mire, porque además de lo esperado, ofrece frenado autónomo, control crucero adaptativo con arranque y parada, mantenimiento de carril, detector de punto ciego y una luces espectaculares.

Pero también tiene un detector de fatiga que literalmente te mira a los ojos (los sensores que se ven en la foto de arriba aparecen ante la lente de la cámara, pero no a simple vista) y que están vigilando si dejás de mirar el camino y te distraés con la pantalla o mirando tu celu.

Además, frenó en muy buenas distancias (38 metros de 100 km/h a 0). La única incógnita es el resultado en las pruebas de choque, pero siendo que comparte plataforma con el 508 descontamos un buen puntaje.

PRECIO/COMPETENCIA
Stellantis trajo el DS 9 para seguir posicionando a su marca premium en la Argentina. No busca volúmenes (apenas venderá una veintena de unidades en el año), sino hacer de DS una marca deseada.

Como ya vimos con otros productos, creemos que aun le falta un largo camino por recorrer para posicionarse como una verdadera alternativa premium a los gigantes alemanes. Lexus lo hace con las mecánicas híbridas, un camino que también transitará Volvo en breve y que DS ya ha iniciado.

El precio de venta es de 90.700 dólares que, dicen, los concesionarios de la marca respetan a la hora de convertirlo en pesos al cambio oficial. Si es así, se torna una alterativa interesante frente a otras marcas que también cotizan en la moneda norteamericana.

Como sucede con muchos de sus rivales, no es que sobren unidades en los puntos de venta, pero en tiempos en que conseguir un premium no es nada fácil, la aparición de este DS tiene como finalidad ir ganando clientes de la marca, incluso si es con trabajo de hormiga, esperando tiempos mejores para este nicho del mercado.