Mercedes reveló la segunda generación de la GLC, el SUV que nació para reemplazar a la GLK, nacida en 2008. Los cambios con respecto a la anterior se ven en las ópticas y parrilla, un capot más horizontal y luces traseras, pero manteniendo el estilo general.

Es, también, apenas más larga y baja que la GLC actual. Mide 4,72 metros de largo, 1,89 de ancho, 1,64 de alto y 2,89 entre ejes, en tanto el baúl ahora es de 600 litros.

Todos los motores de esta nueva generación son de 2.0 litros: los nafteros tienen 204, 258, 313 y 381 CV y los diesel 197, 269 y 333 CV.

Además, todos son híbridos, siendo los que superan los 300 CV los que pueden enchufarse y llevan un motor eléctrico de 136 CV. El resto son híbridos leves.

Con la promesa de las versiones firmadas por AMG para más adelante, estas motorizaciones van acompañadas por una caja automática de nueve marchas y la tracción integral.

En términos dinámicos, la GLC tiene en opción suspensión neumática, amortiguadores de dureza variable y dirección en las cuatro ruedas.

Por dentro, el estilo es idéntico a lo visto en la nueva Clase C, con el instrumental digital de 12″ y la pantalla táctil vertical de 12″, que en este caso puede mostrar lo que sucede debajo del capot en una conducción off road hasta 8 km/h.

Aun sin confirmación, la nueva GLC debería llegar al mercado argentino en algún momento de 2023, ya que las primeras entregas en el mercado europeo comenzarán en el tercer trimestre de este año.