Antes de un lanzamiento que no tiene fecha confirmada, nos vinimos a Brasil a manejar el rediseño de la Chevrolet Equinox, modelo que se comercializa en la Argentina desde 2018 (ver más). El trayecto entre San Pablo y la Posada do Quilombo (chistes al margen) fue de casi 400 km ida y vuelta.

En términos mecánicos no hay novedades, ya que se trata de una actualización de mitad de vida, que afecta únicamente a la estética, sin intervenir tampoco en los equipamientos, más allá de una mejora en el equipo multimedia, que suma conectividad con Alexa, algo que veremos si se mantiene en la Argentina

Las novedades de diseño se ven en la trompa, con nuevas ópticas, partidas por un listón que surge de la parrilla, que también se modernizó. En la Premier esta es cromada, mientras que en la RS se viste de negro. Lo mismo pasa con las llantas, siempre de 19″.

Por dentro hay poco y nada: la selectora tiene nuevo diseño, pero mantiene la impráctica botonera para bajar y subir marchas, ahora en el lateral del pomo. Ah, sigue sin levas al volante

Mas allá de lo estético y algunos elementos menos de equipamiento (techo panorámico, butacas eléctricas, portón de apertura sin manos), la gran diferencia entre la RS y la Premier es la tracción simple de la versión deportiva, con el fin de posicionarla, como pasa con otros RS, en el corazón de la gama.

Justamente, la gama, aún es una incógnita para la Argentina. Damos casi por seguro que estás dos versiones formarán parte de la oferta, pero no sabemos si la LT actual de entrada permanecerá en la oferta. Ali mucho tendrá que ver la disponibilidad de unidades de cara al futuro.

Cómo decíamos, el motor es el conocido 1.5 de 172 CV de agradable funcionamiento, acompañado de la caja automática de seis marchas, de pasajes suaves y progresivos, sin tanta aspiración deportiva (ver más). El comportamiento también hace gala de la corrección, siendo uno de los SUV más equilibrados del segmento mediano.

Las buenas del Equinox son la posición de manejo, el enorme espacio trasero, el buen nivel de equipamiento y las ayudas a la conducción presentes, aunque carece de control crucero adaptativo, algo que ofrece la mayoría de sus rivales.

Importado de México, el Equinox debe vérselas contra pesos pesado del segmento producidos en la región: Corolla Cross (ver prueba), Taos (ver prueba), Compass (ver prueba) y Bronco Sport (ver prueba).

La complicada balanza comercial de Chevrolet (apenas exporta el Cruze a Brasil), más la limitada entrada de unidades, han hecho que el SUV mediano de la marca se venda en cuentagotas, pese a que es un producto que está a la altura de los mejores de su clase.

Quizás el inminente anuncio del nuevo modelo a producirse en Rosario traiga algo más de cintura cómo para que no solo la marca anuncie prontamente el lanzamiento de esta renovación de Equinox, sino también disponga de más unidades para abastecer a nuestro mercado.