Hace 60 años, iniciaba sus actividades el Instituto IKA, un centro de estudios ideado por Industrias Kaiser Argentina ni bien se puso la piedra fundamental de la planta de Santa Isabel, en Córdoba.

La necesidad de incorporar operarios a su fábrica impulsó a IKA a solicitar un reconocimiento como escuela de capacitación en 1960.

Ese año se colocó la cúpula que albergó a este proyecto educativo que se inició formalmente el 2 de mayo de 1962, con 115 alumnos que cursaron el primer año del Ciclo Superior de Mecánica.

Con la compra de Renault, el Instituto pasó a formar parte de la automotriz francesa, y desde 1991, depende de la Fundación Renault.

Hoy en día el Instituto tiene niveles secundario, terciario y diversas capacitaciones laborales. Enseña entre muchas otras materias, robótica, idiomas y programación a un promedio de 1.100 alumnos por año.

Ofrece en su nivel terciario tres títulos oficiales: Técnico Superior en Motores, Técnico Superior en Vehículos de Baja Cilindrada (motos) y Técnico Superior en Gestión Industrial.

Un dato que habla de la calidad del Instituto, es que en la última prueba Aprender, impulsada por el Ministerio de Educación de la Nación, superó ampliamente la media país, alcanzando a triplicar y duplicar los niveles de desempeño Satisfactorio y Avanzado, con respecto a los guarismos nacionales y provinciales, destacándose especialmente en matemática.

Algunos números de estos 60 años de historia, marcan que más de 2.600 alumnos egresaron del nivel secundario y más de 1.000 obtuvieron su título terciario desde 2003, año en que se inició la formación superior.

Desde 2011, más de 35 mujeres se sumaron al alumnado y ya son tres las promociones que cuentan con egresadas femeninas. Además, 15 estudiantes cursan sus estudios gracias a becas sociales.

El predio cuenta con siete hectáreas, más de 2.500 m2 de laboratorios y sectores de mecanizado, tres canchas de fútbol, cinco de voley y dos de basquet.

El espacio también cuenta con más de 70 motores nafteros y diésel para prácticas de armado y puesta a punto, 12 maquetas de inyección electrónica para prácticas y 12 vehículos completos para escaneado de fallas y encendido, entre muchos otros elementos, como las cinco impresoras 3D y un brazo robótico de última generación que los estudiantes pueden programar.