La francesa necesita desarrollar aun más su gama eléctrica y su participación en Nissan es la señalada para obtener los recursos necesarios.
La industria del automóvil está en una bisagra que lo cambiará todo en los próximos años. El desarrollo de una gama enteramente eléctrica ha puesto en jaque las cuentas de varias automotrices, que deberán adaptarse o desaparecer.
Renault hace muchos años que viene haciéndolo, de hecho fue una de las pioneras en el lanzamiento de vehículos eléctricos, pero sus resultados financieros no han sido los esperados.
Ahora, la marca francesa necesita de activos para lanzarse definitivamente como una marca eléctrica en Europa y los caminos apuntan en dos direcciones.
Una es la de separar su marca en una tradicional y otra puramente dedicada a los eléctricos, con el fin de participar en bolsa y obtener ganancias. Es algo similar a lo que hizo Mercedes con su división de camiones y lo que realizó Ford, que ya dispuso de dos divisiones dentro de su propia marca.
La otra posibilidad es desprenderse del 43 por ciento del paquete accionario que posee en Nissan como parte de la alianza que ambas concretaron a comienzos de 1999. Como contrapartida, Nissan tiene el 15 por ciento de Renault.
Si se produce la venta (Nissan estaría interesada en la compra), Renault se haría con un capital que le permitiría avanzar en nuevas alianzas (como la que ya tiene con Geely) en el mercado eléctrico.
También habría que ver qué sucede en cuanto a la Alianza en sí. Ambas marcas tienen acuerdos en todo el mundo en plataformas, motorizaciones, plantas y desarrollos. Incluso en la Argentina, Nissan produce la Frontier para su marca y la Alaskan para Renault en la histórica planta de Santa Isabel.
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Julio C. Martin
28 abril, 2022, 12:56 pmComentario *
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