La nueva generación de pick ups ubicada entre las derivadas de berlinas (como Strada o Saveiro) y las clásicas (Hilux & Cía.) han puesto en una disyuntiva a los usuarios que buscan una alternativa al decaído segmento de los medianos.

Antes se decantaban por los SUV, pero estas nuevas pick ups ofrecen atributos que muchas veces no estaban presentes en una camioneta: buena capacidad interior sin ser un gigante, agradable posición de manejo, andar confortable en ciudad y diseños atractivos.

El segmento lo inició la Renault Duster Oroch (básicamente una Duster con caja) , al poco tiempo apareció la Fiat Toro (compartiendo plataforma con la Jeep Compass) y ahora es turno de la Ford Maverick (que repite mucho bajo la piel de lo visto en la Bronco Sport).

A la espera del test de la Maverick, los modelos de Ford son parte de esta comparativa entre lo que ofrecen y lo que piden a cambio, que es bastante diferente, al menos en los precios de lista.

Además de la producción mexicana, plataforma, algunas mecánicas y mucho del diseño interior, ambos modelos ofrecen una gama con dos opciones: en la pick up se denominan XLT y Lariat y, en el SUV, Big Bend (ver prueba) y Wildtrack (ver prueba).

En medidas, la Maverick es bastante más grande: es 68 cm más larga (5,07 vs 4,39 metros), 9 más ancha (1,98 vs 1,89), 4 más baja (1,75 vs 1,79) y 41 más larga entre ejes (3,08 vs 2,67).

En despeje vienen parejo (entre 20 y 22 cm, según la versión) y en espacio de carga, la pick up ofrece 613 o 670 kilos y el SUV 566 o 638 litros, siempre según la versión.

Maverick y Bronco Sport comparten una mecánica: en las versiones full, ambos llevan el 2.0 de 253 CV y 380 Nm asociado a una caja automática de ocho marchas y tracción integral.

Pero en las base, mientras la Maverick mantiene la motorización, pero con tracción en las ruedas delanteras, la Bronco Sport se vale de un 3 cilindros de 1.5 litros con 175 CV y 258 Nm, manteniendo la misma caja automática, pero ofreciendo tracción integral.

En equipamiento hay suficientes diferencias como para justificar el precio, pero en este punto lo que más incide es que mientras el SUV paga el impuesto interno, la pick up está exenta, lo que le permite ofrecer un valor más agresivo.

La Maverick XLT (a 4.753.000 pesos) ofrece de serie 7 airbags, frenado autónomo de emergencia, luces altas automáticas, llantas de aleación de 17″, cinco modos de manejo, encendido automático de luces, pantalla táctil de 8″ con cámara y control crucero.

La Maverick Lariat (a 6.275.000 pesos) le suma, además de la tracción integral, suspensión off road, acceso sin llave, butaca eléctrica, climatizador bizona, tapizado de cuero y control de descenso.

La Bronco Sport Big Bend (a 7.358.000 pesos) mantiene todo de la Maverick base salvo el motor 2.0 y las luces altas automáticas y solo el acceso sin llave y el climatizador (no es bizona) de la full. Pero a eso le agrega detector de fatiga y punto ciego, faros full led, llantas de 18″, encendido automático de luces, cargador inalámbrico de celulares y sensor de lluvia y de estacionamiento.

La Bronco Sport Wildtrack (a 8.177.000 pesos) recupera luces altas automáticas, butaca eléctrica (también es calefaccionada), tapizado de cuero, climatizador bizona y llantas de 17″, sumando en exclusiva control crucero adaptativo, reconocimiento de señales, levas al volante, techo corredizo, dos modos más de manejo (son siete) y bloqueo de diferencial trasero.

Con una garantía compartida de 3 años o 100.000 km, la gama de colores no es tan divertida como en otros mercados, con tonos como amarillo, naranja o rojo. Comparten blanco, negro, plata y dos tonos de gris, siendo el azul exclusivo de Maverick.