A mediados de los noventa, primero Fiat y luego Peugeot, recuperaron la comercialización de las marcas que, desde 1980, había quedado en manos de Sevel, la empresa liderada por Franco Macri (ver más).

Para la italiana, ese retorno supuso levantar una nueva fábrica y dejar la que durante más de tres décadas había servido para la producción de sus modelos: la de Palomar.

Así, y gracias a una inversión de 600 millones de dólares, el complejo industrial de Ferreyra fue inaugurado el 20 de diciembre de 1996.

Allí se produjo unos pocos Uno y Duna que antes se habían hecho en Palomar y también los nuevos Palio y Siena. Sin embargo, a comienzos de 2002, la planta bajó la persiana y la producción regional se concentró en Betim.

El retorno se dio en 2008, luego de una inversión de 80 millones de dólares. Regresaron a las cadenas de montaje los Palio y Siena, hasta que en 2011 la nueva generación del hatch reemplazó a la anterior.

En 2016, el antiguo sedán se despidió de Ferreyra y un año más tarde lo hizo el nuevo Palio, al tiempo que el Cronos hacía su debut.

En estos 25 años, La planta cordobesa produjo 1.125.796 unidades, más de 500.000 del Siena, otras casi 300.000 del nuevo Palio y ya unas 175.000 del Cronos.