Tras casi cuatro décadas de servicio, Fiat da de baja al Uno, un modelo que debutó en Europa en 1983, pero tuvo éxito mundial.

El Uno fue fabricado en dos generaciones en Italia, Sudáfrica, Brasil, Yugoslavia, Polonia, Ecuador, Marruecos y también en la Argentina. Aquí se produjo entre 1988 y 2000, con más de 180.000 unidades salidas de la planta de Palomar.

Nació en Italia como reemplazante del 127. El diseño de Giorgetto Giugiaro (ver otras grandes obras de GG) lo catapultó a ser elegido Auto del Año europeo en 1984. Ese año llegó a Brasil con algunos cambios de diseño, como el del capot, que protegía además del motor a la rueda de auxilio, y así dejaba más espacio para el baúl.

En Europa se vendió únicamente con carrocerías de tres y cinco puertas y la familiar (llamada Elba allá y Duna Weekend aquí), pero en nuestra región el proyecto también dio vida a los Premio (dos puertas), Duna (cuatro) y Fiorino (pick up y furgón). A la Argentina llegó en 1988 para ubicarse por encima del Spazio, al cual terminó reemplazando.

Su primer y único rediseño se presentó en Europa en 1989 y aquí llegó, en cuentagotas, con los primeros importados de Sevel. Tenía un diseño más redondeado, muy influenciado por el Tipo, que lo hacía lucir diferente al original.

En el Viejo Continente, el Uno fue discontinuado en 1993, cuando lo reemplazó el Punto, un modelo que llegó a la Argentina recién en su tercera generación. En nuestra región ese lugar lo ocupó el Palio (desde 1997), con el ya veterano Uno por debajo.

En 2004, presentó su rediseño regional más importante, con cambios profundos en la trompa. Tanto en la Argentina como en Brasil (allá denominado Mille desde 1994 por su motor 1.0) se vendió hasta 2013, cuando la obligatoriedad de los airbags le puso punto final a su carrera.

Sin embargo, tres años antes, había aparecido en la región la nueva generación del Uno, algo así como la versión sudamericana del nuevo Panda.

Con un formato actualizado, el nuevo Uno también tuvo carrocerías de tres y cinco puertas (ver prueba), pero no extendió la familia (salvo por la nueva Fiorino) como el anterior modelo.

En Brasil tuvo dos rediseños. El primero en 2014, que nunca tuvimos por acá porque, debido al “uno a uno”, el modelo dejó de venderse en 2016. Regresó dos años más tarde con otra actualización que modificaba, para nosotros, fundamentalmente el interior (ver prueba).

Ahora, tras casi 4.4 millones de unidades, se despide con la edición Ciao (que no llegará a la Argentina) y no por la obligatoriedad del control de estabilidad (que ofrece desde hace tres años), sino por el poco margen de maniobra que le dejaron el Mobi (un derivado del Uno nacido en 2016) y el Argo.

Pero con tanto nombre que regresa, no sería de extrañar que Fiat lo reedite dentro de poco. Al menos hasta que eso ocurra, el Uno será recordado como uno de los más grandes éxitos de la marca, tanto a uno como a otro lado del Atlántico.