Aunque viene desarrollándose hace algunos años en unos pocos países, el hidrógeno verde pasó a ser noticia en la Argentina, ya que una compañía australiana hará millonarias inversiones en el país para producirlo.

Se habla de más de 8.000 millones de dólares y la creación de 15 mil empleos directos y más de 40 mil indirectos para producir este combustible en Río Negro.

El hidrógeno verde debe su nombre a que está generado ciento por ciento a través de energías renovables. En el caso de Rio Negro, será a través de la energía producida por los vientos patagónicos.

Este combustible está llamado a ser uno de los más importantes de cara a una generación de energía limpia y será utilizada en transporte terrestre, embarcaciones, trenes, aviones, etc. Hasta hoy su difusión es mínima debido a los altos costos que genera la obtención del hídrógeno.

Según estudios, el transporte genera el 20 por ciento de las emisiones contaminantes del planeta. Y de ese número, el 75 por ciento es atribuible al transporte terrestre, es decir el que se realiza por medio de buses, camiones y vehículos particulares y comerciales.

Los vehículos que utilizan hidrógeno para movilizarse se denominan FCEV y el Toyota Mirai es uno de los más conocidos (ver más). Utilizan un motor eléctrico, pero alimentado a través de una pila de combustible.

Pero más allá de su inserción en los vehículos particulares, un hidrógeno a precios accesibles se erige como un combustible fundamental con cero emisiones para el transporte de largas distancias.

La gran diferencia con un modelo eléctrico de los más conocidos (como un Tesla, o los Leaf y Kangoo que se venden en la Argentina, que utilizan baterías recargables con electricidad), es que la pila de combustible se alimenta de hidrógeno, evitando así los pesados paquetes de baterías que demandan los modelos mencionados.

Las contras son, como decíamos, que la generación de hidrógeno aun es muy costosa, además de que la recarga (que demanda un tiempo similar al de un modelo a combustión) se realiza en estaciones específicas, de las que aun hay muy pocas a nivel mundial.

Pero como con toda novedad, la llegada de nuevas inversiones y una mayor producción hará que el costo de generación de este combustible se reduzca fuertemente en los próximos años.

Argentina, por lo pronto, está dando un paso importante en la producción de un combustible que promete ser una de las llaves para tener, en el futuro, un planeta más limpio.