Las piezas únicas o one-off no son una novedad en el mundo automotor. Decenas de carroceros (algunos muy famosos) han realizado las suyas sobre la base de muchos modelos muy conocidos. Y hoy son piezas de colección ampliamente valoradas en el mercado.

La novedad, si se quiere, es que las mismas automotrices están comenzando a pisar fuerte en este nicho. Y para satisfacer esa demanda creciente, Rolls-Royce restableció formalmente el departamento que crea piezas únicas, con una personalización exclusiva a partir de los deseos de los clientes.

Este Boat Tail será el primero de varios one-off que creará esta división, aunque solo habrá tres versiones, todas únicas, de este modelo. Su valor final es de 23 millones de euros, lo que lo convierte en el 0km más costoso de la historia, un valor solo superado por algunas piezas de colección.

Su diseño, inspirado en la náutica, repite el concepto original del Boat Tail de 1932. Mide 5,7 metros de largo y está apoyado en la plataforma del Phantom. La carrocería es de aluminio, tallada a la mano.

Lo más sorprendente del diseño es la cola, con ese remate similar al de una embarcación. El acabado del baúl es de madera y la apertura, con una doble hoja que se levanta desde el centro. Tan incómodo como exclusivo.

Debajo aparecen dos heladeras, cubiertos y vajillas de súper lujo. Completan unos banquitos y una sombrilla para disfrutar de un picnic en el que seguramente no falten los mayordomos. La capota es de lona y manual, como para recordarte que hay pequeños trabajos que valen la pena.

El motor es el clásico V12 de 6.8 litros y 563 CV de otros Rolls. Va alojado bajo el capot pintado en un tono azulado distinto al del resto de la carrocería. Las puertas, como en otros modelos de la marca, abren de manera al revés de la marcha.

El interior es igualmente lujoso. Además de terminaciones únicas, cuenta con un bolígrafo Montblanc y dos relojes Bovet que pueden ubicarse en la plancha o en la muñeca del conductor y acompañante.