Fiat inició ayer la producción de motores turbo en la histórica planta de Betim, en la que invirtió 400 millones de reales. El evento contó con la visita del CEO mundial del grupo, Carlos Tavares, y del COO para América del Sur, Antonio Filosa (foto de abajo).

Betim tiene la capacidad de producir hasta 100.000 motores de la familia GSE turbo MultiAir, que tendrá dos variantes: un 1.0 de tres cilindros con una potencia no revelada (se estiman unos 120 CV) y un 1.3 de cuatro cilindros con confirmados 180 CV.

El primero llegará pronto al Jeep Compass en reemplazo del 2.4 de 174 CV y es muy probable que luego se sume como una nueva opción a los Jeep Renegade y Fiat Toro. El Jeep de siete lugares que saldrá a fin de año (ver más) únicamente llevará el motor diesel de 203 CV.

En tanto, se espera que el 1.0 debute a fin de año con el nuevo B-SUV de Fiat (ver más) y luego reemplace al veterano 1.8 en los Argo, Cronos, Renegade y las versiones básicas de Toro, además de subirse a la nueva Strada.

Sin embargo, como parte de Stellantis, el actual y también veterano motor 1.6 de PSA también es gran candidato a ser reemplazado por el GSE 1.0. Tanto el Peugeot 208 como el futuro Citroën C3 (ver más), podrían adoptarlo, junto con los nuevos productos que vaya lanzando la rama francesa del grupo.

La llegada de motores turbo a la región fue motivo de una nota reciente en AutoWeb (ver más), no solo con este GSE, sino con el pronto arribo del 1.3 de Renault y la expansión de los 1.0 y 1.4 de VW a más modelos.