No debe haber amante de los autos en la Argentina que no conozca el derrotero del Torino, el modelo que vendió primero IKA y luego Renault, entre 1966 y 1982.

Pero hay historias desconocidas por varios. Una, la de los Torino que no fueron, la repasamos en esta nota (ver más). Otra es que el origen del habitualmente llamado auto argentino no es tan nacional como muchos creen.

La historia es simple. Tras la nacionalización del Rambler en 1962, IKA necesitaba un modelo más chico que compitiera en forma directa con los Chevrolet 400, Ford Falcon y Valiant, que se llevaban la mayoría de las ventas entre los sedanes grandes.

El elección era cantada, porque el Rambler que se ubicaba por debajo del que ya había desembarcado en nuestro mercado era el American, un modelo nacido en 1958, pero que en 1964 había estrenado una silueta mucho más moderna para su tercera generación.

Sin embargo, cuenta la historia que los estudios de mercado revelaron a IKA que una impronta más europea era la llave para sacar ventaja ante la competencia americana.

El resultado es conocido: IKA contrató a Pininfarina y este produjo sutiles pero acertados cambios estéticos, que junto a la elección de un nombre italiano trajeron un soplo de aire fresco a un segmento dominado por las propuestas norteamericanas.

Al principio al Torino no le fue nada bien, pero tras las 84 horas de Nürburgring, todo cambió para bien. Sin embargo, lo que aquí queríamos contar es la historia del Rambler American.

Como dijimos, el modelo que tomó IKA como punto de partida fue la tercera generación del American, que se vendía en versiones 220, 330 y 440 con las carrocerías coupé y sedán que adoptó el Torino. Pero también había otro tipo de coupé, una cabrio y hasta una familiar (ver otras rurales que pudieron ser argentinas).

En Estados Unidos tuvo una multitud de motores: 3.2, 3.3, 3.8, 4.8, 5.6 y 6.4 litros. Medía 4,60 metros de largo (12 cm menos que el Torino) y 2,69 entre ejes (tres menos).

El diseño fue obra de Dick Teague, que más tarde creó los extraños Pacer y Gremlin de AMC y la recordada Jeep Cherokee de 1983. Pininfarina cambió la parrilla y faros secundarios, paragolpes, faros traseros y mucho del interior, adaptándolo al gusto europeo.

En 1966, el American adoptó un marco cuadrado para los faros que seguían siendo circulares y nuevas luces posteriores, siendo el cambio más importante que tuvo esta generación en sus cinco años de vida.

En 1969, al tiempo que el Torino levantaba vuelo en el mítico circuito alemán, el American le dejaba paso al AMC Hornet, enterrando además la marca Rambler para siempre en Estados Unidos.

El modelo 64 tenía una coupé sin marcos tal cual tuvo el Torino.

Los faros traseros eran bien distintos a los del rediseño de Pininfarina.

La gama ofrecía un cabrio que no se vio por aquí.

Y también una familiar que podría haber competido con la Falcon rural.

Un par de años más tarde su diseño se diferenció del Torino (aunque no por la aparición del IKA).

Esta es la otra coupé, con marcos en las ventanillas y otra inclinación de la luneta.

Una toma del sedán 68, ya con otro formato del parante posterior.

La última de las familiares, con el diseño final de la trompa.