Nissan presentó en Europa la tercera generación del Qashqai, un SUV del segmento mediano, de menor tamaño que el X-Trail y con un planteamiento más citadino que el modelo que la japonesa ofrece en nuestro mercado.

El Qashqai nació en 2007 como reemplazo de su berlina mediana en Europa, el Almera, en una movida que en su momento fue arriesgada pero hoy es moneda corriente en la industria.

El éxito del modelo fue inmediato e impulsó a otras marcas a proponer soluciones similares, cuando los crossover y SUV estaban prácticamente reservados a la clientela off road.

En 2018, la segunda generación llegó a Estados Unidos bajo el nombre Rogue Sport, pero como hasta ahora, no hay planes de que Nissan traiga este modelo a nuestra región.

En el nuevo Qashqai, la alianza que forman Renault, Nissan y Mitsubishi estrena la plataforma CMC-F, que estará presente en los nuevos modelos medianos del conglomerado.

Los motores son híbridos. El primero es un 1.3 turbo (la base del que va a llevar el nuevo Renault Duster) con 140 o 158 CV e hibridización ligera y el segundo es un e-power, donde el eléctrico es el único que mueve las ruedas, pero se alimenta de un 1.5 turbo naftero de 157 CV.

En Europa, el SUV de Nissan es rival de los Ford Kuga, Hyundai Tucson, Peugeot 3008, Renault Kadjar, Seat Ateca y Volkswagen Tiguan.