Primer contacto: Jeep Compass Trailhawk turbodiesel

Primer contacto: Jeep Compass Trailhawk turbodiesel

Manejamos brevemente la versión más radical de la gama Compass, que une el motor turbodiesel con las mejoras de la división Trail Rated.

Por Martín Simacourbe

En las última semanas, Jeep saldó una deuda con el mercado nacional: incorporar la mecánica turbodiesel a la gama del Compass.

El arribo no es casualidad. Por un lado, Kuga se sumó hace poco a la Rav4 con su motorización híbrida, que pone en ridículo en niveles de consumo al veterano 2.4 Tigershark de la gama naftera del Compass.

El otro motivo es anticiparse con una gama más amplia a la pronta llegada de los dos rivales más duros que va a tener que enfrentar el Compass: la VW Taos (ver más) y el Toyota Corolla Cross (ver más).

Si bien este último va a tener una motorización híbrida como la del Corolla sedán, ninguno va a ofrecer un diesel y tampoco la tracción integral (el Taos podría sumarla más tarde), una combinación con la que solo Jeep puede vanagloriarse, a excepción de Hyundai Tucson.

Esa gama turbodiesel 4×4, que se alimenta del 2.0 de 170 CV con caja automática de 9 marchas (la misma de Toro y Renegade), se divide en dos versiones: la Limited (ver más), destinada al público que no compra este vehículo pensando en el off road y la Trailhawk (ver más), que justamente hace alarde de su capacidad para salir de la ruta gracias a la preparación que lleva el sello Trail Rated.

Con la excusa de manejar este último, nos fuimos hasta el Off Road Park que la marca tiene hace 12 años en las afueras de Villa Gessel. El parque debutó cuando aun estaba fresca la disolución de DaimlerChrysler. Luego la marca volvió a Chrysler, después paso a ser de FCA y ahora es parte de Stellantis (ver más).

La vuelta fue cortita, para comprobar qué tan bien funciona el nuevo conjunto mecánico en caminos de arena. Pero antes los instructores nos contaron y mostraron todo lo que puede hacer en todo tipo de suelos.

Además de cambios estéticos como el calco antirefliejo del capot, los ganchos de remolque en rojo, molduras en gris, nuevos paragolpes con ángulos mejorados y el rodado 17″ (en vez de 19″ del Limited), el Compass Trailhawk suma mejoras mecánicas dirigidas justamente al manejo fuera de ruta.

La suspensión ha sido retocada y el sistema de tracción Select Terrain suma a la baja electrónica y los modos prefijados de conducción de las otras 4×4 de la gama, el modo Rock para utilizar en caminos con piedras.

Como en la Toro o el Renegade, la caja de nueve marchas tiene una primera que funciona como baja al bloquear el sistema (si no se conecta, arranca siempre en segunda) y es ideal para los caminos más complicados, algo que pudimos comprobar en la pista de pruebas.

El sistema imita a una baja mecánica como tienen otros SUV (cada vez menos) y las pick ups. El Compass Trailhawk no tiene la capacidad off road extrema de un Wrangler, pero está muy por encima del resto del segmento, que cada vez se contenta más con la tracción simple.

Esta versión es específica para los clientes que siguen disfrutando el hecho de salir de la ruta y encarar un camino en pésimo estado. Es algo que no va a encontrar, salvo por la presencia de las Chevrolet Trailblazer (ver más) y Toyota SW4 (ver más), por los casi 5 millones que vale esta versión.

A los modos de conducción prefijados para nieve, arena, rocas o barro (que varían la incidencia de los controles según la superficie), el Trailhawk le suma un bloqueo electrónico de diferencial trasero, varias protecciones en los bajos y los mencionados neumáticos con generoso talón, que también aportan al desempeño fuera de ruta.

Aun con las limitaciones de este conjunto, el Trailhawk mostró una excelente respuesta en el trayecto que hicimos. Con la “baja” colocada y el torque del turbodiesel, sorprende por cómo dejaba atrás los caminos de arena del parque.

Con la ayuda de los Pirelli Scorpion ATR, es notable como escarba gracias a esa primera marcha, que tiene una relación muy corta, incluso mayor a la del Limited. Solo en un par de ocasiones (trepadas empinadas con arena suelta) tuvimos que repetir la maniobra, pero fue más por la impericia de quien suscribe.

Los que mueren por que su auto haga todo fuera de ruta le van a encontrar peros al sistema, pero lo que disfrutan de algunas salidas cada tanto van a sentirse muy complacidos con esta variante que Jeep suma a la gama.

Sobre todo porque es algo que ningún otro SUV de este tamaño ofrece. Y menos que menos los rivales de peso que se le vienen al Compass.

La mayoría de los compradores no van a valorar el plus del sello Trail Rated, pero para ese nicho que si lo tiene como prioridad así como para el imaginario de muchos clientes, que Jeep tenga algo así en la gama es un diferencial clave a la hora de mantener el liderazgo que la marca ostenta en toda la región.

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1 Comment

  • Adolfo
    28 enero, 2021, 2:42 pm

    Por fin un SUV que tiene razón de existir.

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