Mientras se habla de una prohibición para 2030, la entrada de la normativa Euro 7, en 2025, podría decretar el fin de este tipo de motores.
Hace tiempo que Europa Occidental le declaró la guerra a las emisiones contaminantes provenientes de automóviles. Pero ahora parece que la victoria será antes de lo esperado.
Mientras el congreso europeo se alista a prohibir con una resolución que podría llegar el año próximo la venta de automóviles con motor a combustión (ya sea naftero, diesel o incluso híbrido) en 2030, hay una amenaza previa para este tipo de propulsión.
La normativa Euro 7 está muy cerca de aprobarse, con niveles de emisiones que harían prácticamente inviable la salida al mercado de una motorización convencional.
En 2021, el Viejo Continente adoptará la Euro 6d, una actualización de la Euro 6 (en Argentina estamos con la Euro 5), que exigirá a los automóviles nuevos emisiones por debajo de lo 80 mg/km de NOx.
Pero la Euro 7 va mucho más allá. El límite se podría colocar en 30 mg/km y la entrada en vigencia en 2025, lo cual para la industria automotriz es “a la vuelta de la esquina”.
De aprobarse, es muy probable que para llegar a ese tipo de emisiones sea inevitable que un motor a combustión lleve la asistencia de uno eléctrico que mueva las ruedas. Ni siquiera los “mild Hybrid” podrían lograrlo debido a que también se están endureciendo las condiciones en que se homologan los vehículos.
Los fabricantes aseguran que con estas condiciones, los automóviles populares dejarán de serlo, ya que todos los modelos nuevos deberían pasarse a la electrificación tarde o temprano.
Esto crearía una paradoja, ya que muchos usuarios, al no poder costear el valor de un nuevo modelo eléctrico, mantendrían una unidad usada con emisiones mucho más altas que las de un híbrido.
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Adolfo
14 diciembre, 2020, 5:34 pmGran paradoja, flor de quilombo.
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