Volvo dice que esta prueba está realizada para mejorar la capacidad de extracción de los rescatistas, que a menudo tienen como banco de pruebas un cementerio de automóviles.

Pero la marca sueca también saca sus propias conclusiones de estos impactos, mucho más violentos que los que utiliza Euro NCAP para calificar a los automóviles que salen al mercado europeo.

La prueba es sencilla y complicada a la vez. Una grúa eleva a 30 metros de altura a cada unidad (se utilizaron 10 en esta oportunidad) y simplemente lo deja caer al asfalto en diferentes posiciones.

Este impacto simula no solo una muy poco probable caída en un camino montañoso, sino también un golpe frente a un camión, por ejemplo.

Para los rescatistas es ideal, ya que la condición en la que quedan los autos es muy dispar a lo que suele suceder con los impactos de Euro NCAP. Con esto, perfeccionan el uso de las mandíbulas de la vida, como se conoce a las herramientas hidráulicas que utilizan.

Por lo general, los trabajadores de rescates se entrenamiento con automóviles abandonados, que tienen hasta dos décadas de antigüedad.

En términos de resistencia del acero, construcción de jaulas de seguridad y durabilidad general, existe una gran diferencia entre los autos modernos y los construidos hace quince o veinte años.