Fue a fines de septiembre, durante el Salón de París del año 2000, cuando BMW presentó la nueva generación del Mini, que sucedía a la que originalmente se había lanzado en 1959.

El primer modelo salido de la planta de Oxford tuvo que esperar un año. Fue en octubre de 2001 que apareció el Mini Sunny, bautizado así por su color Liquid Yellow, con techo y espejos negros.

El nuevo Mini mantenía inalteradas varias de la características que lo habían hecho famoso cuando fue diseñado por Alec Issgonis: estilo único, espacio para cuatro pasajeros, voladizos cortos, faros redondos y una sensación al volante que no tuviera un modelo de su clase.

Pero con el cambio, el Mini dejó de ser un vehículo popular de posguerra y como le sucedió a otros “neo clásicos” (como el VW Beetle o el Fiat 500) ganó un posicionamiento premium.

Con el éxito, Mini pronto dejó de ser un simple modelo. Además de la versión cabrio, la división pasó a ser una marca con varios modelos: Clubman, Coupé, Rodster y Countryman.

Mientras tanto, el Mini tradicional fue ganando nuevas generaciones. En 2006 llegó la segunda y el 2014 la tercera, que estrenó la inédita carrocería de 5 puertas.

En la Argentina, el nuevo Mini fue presentado en el 2004 y hoy se ofrece con las versiones de 3 y 5 puertas, Cabrio, Clubman, Countryman y John Cooper Works.