La segunda camada del Rolls Royce más chico a la venta ya no basa su plataforma en el BMW Serie 7. Nuevo motor y mucho lujo interior.
A diez años de lanzada su versión original, el nuevo Rolls Royce Ghost estrena su segunda generación, la cual por primera vez deja de lado la plataforma del Serie 7 de BMW (dueña de la marca británica) para subirse a una derivada de los Phantom y Culinam.
Pese a que es el RR más pequeño de la gama, su tamaño es impactante. Mide 5,55 metros de largo, casi la misma medida de la versión de carrocería larga de la anterior generación. El baúl ofrece 507 litros de espacio de carga.
Si bien el diseño es nuevo, el estilo es bien continuista, con la enorme parrilla frontal (puede iluminarse, como algunos BMW) y las puertas traseras de apertura “hacia atrás”. Todas las puertas tienen accionamiento eléctrico para abrirse o cerrarse.
La motorización es nueva para el modelo, pero no para la marca. Lleva el 6.8 litros biturbo de 571 CV con caja automática de ocho marchas y cuatro ruedas motrices y directrices. Lo que RR ha descartado, por el momento, son opciones híbridas o eléctricas en este modelo.
La suspensión es regulable y capaz de anticipar su reacción al estado del camino gracias a la misma cámara que permite la visión nocturna o el control crucero adaptativo.
Una de las novedades del interior (que puede ser personalizado en una infinita variedad de opciones) es la iluminación frente al pasajero o en el techo, que simula un cielo estrellado compuesto por cientos de ledes y más de 90.000 perforaciones láser.
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