A seis años de la llegada de la primera generación (ver prueba), Mercedes está lanzando en la Argentina el nuevo GLA, que como el anterior, se importa de Alemania.

La gran diferencia entre ambos es que mientras el original era casi un Clase A aventurero, este tiene un aspecto real de SUV, gracias en parte a que es 10 cm más alto, llegando a 1,62 metros. El resto de las medidas, 4,41 metros de largo, 1,83 de ancho y 2,73 entre ejes, son similares a las del anterior. El baúl es de 435 litros.

La plataforma la comparte con los Clase A y B y el GLB, el otro SUV de la marca en el segmento, aunque este ofrece siete plazas gracias a que es 22 cm más largo. El diseño del interior con la pantalla táctil formando un mismo conjunto con el tablero, es muy similar al resto de la familia.

La gama del nuevo GLA se compone de dos versiones, con los motores ya conocidos en el Clase A. La de entrada es la 200 Progressive que viene con el 1.3 de 163 CV, caja automática de siete marchas y tracción delantera, y la tope es la 250 AMG line, que ofrece el 2.0 de 224 CV con caja automática de ocho y tracción integral.

La Progressive (a 55.200 dólares) viene de serie con 7 airbags, control de estabilidad, detector de fatiga, frenado autónomo de emergencia, butaca eléctrica, sensor de estacionamiento, climatizador automática, acceso y arranque sin llave, pantalla táctil de 10″ y llantas de 18″.

La AMG Line (a 79.500 dólares), además de lo mecánico, suma paquete de conducción off road, cámara de marcha atrás, portón trasero eléctrico, cargador inalámbrico de celulares, instrumental digital, luces altas automáticas, llantas de 19″ y techo corredizo panorámico.

Con una garantía de tres años sin límite de km, la gama de colores abarca dos tipos de blanco, dos de negro, gris, azul y plata. El GLA tiene como rivales en la Argentina a los Audi Q3, BMW X1, Range Rover Evoque, Lexus UX y Volvo XC40.