La alianza entre Renault, Nissan y Mitsubishi comunicó ayer una reestructuración (ver más) que buscará, como suele suceder en estos casos, mayor racionalización de gastos para elevar los beneficios.

Entre las novedades, se destaca una nueva política: en cada región una sola empresa será “líder” (en la nuestra será Renault) y de allí surgirán modelos “seguidores” de las marcas restantes.

Esto es algo que ya se viene aplicando, por ejemplo, en las pick ups compactas, donde Nissan es la responsable del proyecto y producción (con la Frontier), y Renault la ha seguido con un clon (la Alaskan).

Esto es algo que continuará, incluso con la anexión de la nueva Mitsubishi L200, aunque no está confirmado que esta vaya a producirse en Santa Isabel.

La otra novedad confirmada para nuestro mercado, es que todo el segmento B partirá de una única plataforma, la CMF-B que, por ejemplo, ya utiliza el nuevo Nissan Versa producido en México (ver más).

Hoy, Renault y Nissan utilizan cuatro bases para producir los Sandero, Logan, Captur, Duster, March, Versa y Kicks (en la filmina difundida ayer no se nombra a los Duster y Versa). Ahora todos esos modelos, o los siete que confirma la alianza a través de las siluetas (coinciden con los actuales modelos), partirán de la nueva plataforma.

Otra novedad es que todos se harán en dos plantas (presumiblemente una se encargará de las berlinas y la otra de los hatch). ¿Cuáles son? La lógica indica que serán las de Curitiba y Resende, dejando a Santa Isabel como especialista en utilitarios, algo que ya adelanto el presidente de Renault Argentina (ver más).

El informe no asegura qué sucederá con el Kwid (plataforma CMF-A) ni por qué dos de las futuros siete modelos (un hatch y un SUV) están en otro color.