Muchas veces se asocia a Mercedes con el primer automóvil de la historia: el Benz Patent Motorwagen. Y si bien es así, el nacimiento de la marca alemana se dio catorce años después, justamente por la rivalidad entre Daimler y Benz.

A fines del siglo XIX, Benz (fundada por Karl Benz) y Daimler (creada por Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach) eran constructores de automóviles independientes, separados apenas por 60 km en Stuttgart, Alemania. Lo curioso es que la historia dice que Karl y Gottlieb nunca se conocieron (pese a que Damiler llegó a demandar a Benz en 1896).

La muerte de Damiler, en marzo de 1900, no detuvo la competencia entre ambas empresas. En esa época, el empresario Emil Jellinek era el mejor piloto de los modelos de los modelos de Damiler y anotaba a sus autos en las carreras con el nombre de su hija: Mercedes.

Jellinek se involucró activamente en la compañía, interviniendo en el desarrollo a cambio de ser el mayor distribuidor de la incipiente compañía. El primer modelo creado oficialmente con el nuevo nombre fue el Mercedes 35 PS (foto de arriba, con Emil al volante), que causó furor en una carrera celebrada en Niza, en 1901.

Esa elección se dio también porque Daimler había cedido los derechos de su marca a otras compañías fuera de Alemania, por eso hubo modelos de la marca Jaguar comercializados como Daimler incluso hasta 2009.

Mercedes se registró oficialmente como marca en junio de 1902 y recién a mediados de 1926 pasó a ser Mercedes-Benz, una vez que Benz y Daimler se fusionaron, creando la actual Daimler-Benz.

Mercedes-Benz es la única automotriz que lleva en su impronta un nombre femenino. Y no solo la hija de Jellinek ha sido importante, sino que Bertha Benz, la mujer de Karl, fue la primera persona en conducir un automóvil una larga distancia.