Por Martín Simacourbe

El Ford Falcon es un clásico de la industria automotriz argentina, pero su origen, naturalmente, se dio en Estados Unidos, donde fue presentado el 9 de septiembre de 1959.

Su llegada fue casi simultánea con las de otros dos “compactos” de las marcas rivales: Chrysler lanzaba el Valiant y General Motors el Chevrolet Corvair, modelo que no llegó al país.

El diseño del primer Falcon no era idéntico al del modelo que llegó importado a la Argentina en febrero de 1962, aunque las diferencias eran pocas. El gran cambio con respecto a los que se vio en nuestro mercado era la cantidad de versiones que ofrecía: además del sedán, la rural y el Ranchero, la gama se completaba con un sedán y una rural de dos puertas laterales, además de una pick up carrozada como furgón.

El Falcon original, con carrocería de dos puertas.

La primera Ranchero (ya con la parrilla de la línea 61).

La Station Wagon podía pedirse con dos o cuatro puertas laterales.

En 1962, el Falcon adoptó la línea que llegaría a la Argentina, con la nueva trompa, pero fue en septiembre de ese año que aparecieron las versiones hard top (con una línea más deportiva que la del sedán de dos puertas) y el convertible.

La línea 62, con el estilo que estrenó en la Argentina.

Así era la versión Hard Top (con la trompa de la línea 63), más deportiva que el sedán de dos puertas.

El Cabrio llegó para complementar la gama.

En 1963, mientras el modelo se comenzaba a producir en Pacheco con la línea que renovaba el parante posterior y la luneta, en Estados Unidos el Falcon estrenaba una nueva generación con una línea más cuadrada y un lateral renovado gracias a un aplique en forma de flecha que lo recorría a lo largo.

La segunda generación, con nuevo estilo.

La Ranchero ganó el mismo rediseño.

Lo mismo sucedió con el convertible.

Con las variantes clásicas que los modelos presentaban año tras año en el mercado americano, el Falcon de 1965 sufrió mucho la llegada, el año anterior, del Mustang, que con su tremendo éxito eclipsó las ventas de sus variantes más deportivas.

Nueva parrilla para la gama 65.

Así quedó la rural de ese año.

Eso produjo que la línea 66, que fue la tercera generación del modelo, adoptara un estilo mucho más similar al del Mustang, estableciéndose como una alternativa económica al nuevo modelo. Dejó de ofrecerse el cabrio y la familiar de dos puertas, mientras que el Ranchero adoptó la carrocería del Fairlane.

En 1966 llegó la tercera generación. También hubo un sedán y una familiar.

La línea 67 estrenó nueva parrilla.

Y otra más se vio en 1968.

Con pequeñas actualizaciones, el Falcon se mantuvo en producción hasta 1970, cuando pasó a formar parte de la línea Fairlane, aunque el intento de mantener con vida al nombre duró poco tiempo. Además, el flamante Maverick, que nació como una coupé pero luego sumó el sedán, terminó por sacarlo del mercado.

En la Argentina el Falcon vivió mucho más, gracias a los sucesivos restyling que fueron actualizando la generación original (ver los rediseños argentinos que no vieron la luz). También tuvo una prolífica vida en Australia, con varias nuevas generaciones, pero eso será motivo de una nueva nota.