Una de las presentaciones del frustrado Salón de Ginebra (a causa de la epidemia del Coronavirus) iba a ser la del Renault Morphoz. Pese a la cancelación de la muestra, la marca entregó todo el material tal cual estaba previsto.

El modelo está basado en una nueva plataforma para eléctricos que debutará pronto en las marcas del grupo franco-nipón, pero el Morphoz adelanta un futuro crossover que estaría disponible luego de 2025.

Su particularidad más llamativa es la de poder estirarse cuarenta 40 cm de largo (pasa de 4,40 a 4,80 metros) y 20 entre ejes (de 2,73 a 2,93). El ancho de 2 metros y el alto de 1,55 permanecen inalterados con la transformación, aunque hay algunos elementos que cambian su forma como las entradas de aire delanteras. Es una solución similar a la del concept IAA de Mercedes (ver más), aunque este lo hacía con fines aerodinámicos.

Esta capacidad se utiliza para afrontar viajes largos. Cuando el Morphoz se desenvuelve en ciudad, recurre a un  motor eléctrico delantero con 134 CV y una autonomía de 400 km. Al estirarse, permite recibir otra batería que le permite ofrecer en conjunto 215 CV y 700 km sin recargar.

Esta operación debe hacerse en una estación en la que se pueden devolver las baterías y reutilizarse en cargas a hogares u otros medios de transporte. El modelo también puede cargarse en forma inductiva.

Con la estirada, el Morphoz gana lugar en el interior y en el baúl. Por dentro ofrece cuatro asientos individuales y el del pasajero puede rotar hacia las plazas traseras (como en la Espace de hace tres décadas). Otros detalles son los espejos con cámaras y las llantas de 22″.

Si bien cuenta con conducción autónoma de nivel 3, el volante no puede esconderse. El conductor tiene cuatro grandes pantallas delante suyo pero estas pueden plegarse. Otra posibilidad que Renault cree a futuro es la de que sea un auto compartido, por eso no lleva manijas ni cerraduras. La operación se realiza por códigos enviados al celular.