Volkswagen reveló en Europa, previo al Salón de Ginebra, las versiones deportivas de la nueva generación del Golf. Conforme a los tiempos que corren, en paralelo al mítico GTI, también se mostraron las GTD diesel y GTE híbrida.

La gran diferencia entre las versiones comunes y estas GT será el nuevo paragolpes, que incluyen unos faros antiniebla de cinco luces led en forma de X. Además, hay una tira blanca, plata o azul, respectivamente, que une ambas ópticas delanteras a la altura de la parrilla.

También es diferente el paragolpes traseros y las llantas, que son de serie de 17″, aunque se pueden pedir en opción de 18″ y hasta de 19″. En el portón no hay menciones al modelo Golf, sino que cada uno lleva la sigla central por debajo del nuevo logo de VW. En el interior hay pocas diferencias. La principal son los asientos con mayor sujeción lateral y los apoyacabezas integrados.

La GTI naftera se vale del conocido motor 2.0 turbo, que ahora entrega 245 CV, unido a una caja manual de seis marchas o una automática DSG de siete. Con respecto a un Golf tradicional, está 1,5 cm más cerca del piso. La GTD diesel lleva otro 2.0 turbo que entrega 200 CV con la caja DSG de siete marchas.

En tanto, la GTE híbrida enchufable también entrega 245 CV, gracias a un naftero 1.4 de 150 CV (como el de nuestro Golf VII) y un eléctrico de 115 CV. La caja es DGS de seis marchas y puede recorrer hasta 60 km en modo eléctrico.

Como el Golf ahora se fabrica en Alemania y no en México, sus posibilidades de llegar al país son limitadas, ya que pagaría el 35 por ciento de arancel. Sin embargo, como sucedió con la VI generación, es posible que el GTI se anote para el mercado argentino.

De ser esta la estrategia elegida para nuestro mercado (reservar únicamente las versiones deportivas), tanto la GTI como la GTE (que pagaría solo el 5 por ciento de arancel) se anotan para una posible llegada.